CAPÍTULO 22

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No había visto a Grayson en lo que llevaba de la mañana. Desgraciadamente, nuestro horario no siempre coincidía en las primeras horas. Por otro lado, tenía a mi favor que compartiéramos la hora del almuerzo. Para la cuarta hora mi urgencia por verlo se había aumentado a su tope mayor. La ansiedad me recorría todo el cuerpo.

«¡Maldita clase eterna

Casi siempre recibía un mensaje de él a mitad de clase o antes del descanso, sin embargo, ahora no lo había hecho.

-Mere, ¿te encuentras bien? -murmuró Rebeca.

Las mesas de este salón eran de parejas y ella era la mía. Supuse que debió de percibir mi gran estrés, ya que bueno, era más que obvio.

-sí, solo estoy un poco... distraída-contesté, haciendo un intento por restarle importancia -no es nada. Solo quiero salir y comer algo.

Sabía que no me había creído del todo pero al menos sirvió para desviarla del tema. La campana sonó anunciando el periodo intermedio. No espere ni un momento más. Guardé mis cosas lo más rápido que pude y salí en busca de Grayson.

Usualmente siempre nos encontrábamos en la cafetería pero yo ya estaba bastante ansiosa como para esperar hasta eso. Me adentré por los pasillos abarrotados de gente con la intención de llegar hasta el salón de la clase que le tocaba a él. Sabía perfectamente cual era pues, no había día que no llegará quejándose de la señorita Foster y sus tetas mas falsas que las de Caityn Jenner.

Camine lo más rápido que mis piernas me permitían, ni si quiera me importaba lucir como si tuviese urgencia de ir al baño. Comencé a acercarme al lugar donde se suponía que lo encontraría. Barrí con la mirada alrededor con las esperanza de encontrarlo más fácilmente.

Por fin, lo vi...

No me importo que estuviese platicando con un grupo de chicos, los cuales en mayoría pertenecían al género femenino y más importante aun; al equipo de voleibol.

¿Entienden mi punto, no?

Altas, piernas increíbles y un trasero gigante.

No me importo que una de ellas estuviese tocando "distraídamente" su brazo más de lo normal.

No me importo que me pusieran mala cara cuando sin si quiera avisar me metí entre ellos y me lance contra Grayson en un desesperado abrazo.

Valla... como lo necesitaba.

El no tardo mucho en cerrar sus brazos alrededor de mi cintura. Acerco su cara hasta mi cuello y rio entre dientes.

-hola a ti también. -murmuro divertido.

-me pregunto ¿Quién no querría unos buenos días así? -comento alguien a mi espalda, era un chico. -mejor aun si viene de ti, Stewart.

-yo me apunto -añadió otro desconocido.

-síguetelo preguntando, idiota -se burlo Grayson -tal vez así puedas caer en la cuenta de que nunca lo descubrirás.

Todos los que estaban escuchando rieron ante el comentario.

-bésame el trasero, mandilón -contraataco el primer desconocido. -te espero hoy en el entrenamiento. A ver si por fin decides aparecerte por ahí. Recuerda que tenernos juego en menos de un mes.

-lo que digas, Wes. -contestó.

Yo por mi parte, seguía aferrada al cuerpo de Grayson. Quería sentir su fuerza oprimirme, escuchar su risa vibrar dentro de su pecho, que me viera con ese par de dulces ojos aceitunados.

SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora