CAPITULO 21

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Nos encontrábamos acostados en el sillón del cuarto de televisión mientras ignorábamos una película de acción que, sinceramente, no recuerdo cual era el nombre.

-¿Cómo estás?-me preguntó mientras acariciaba mi mejilla con el torso de su mano.

-Estoy bien, ¿tú?

Sonrío y besó mis labios. Me fascinaba que hiciera eso: -Estoy en mi lugar preferido,

-¿mi casa? -bromee.

El entrecerró los ojos, fingiendo fastidio.

-no, no estoy hablando de tu casa -contestó'-. Me refiero a tu lado, por supuesto. Cuando estoy contigo todo es... mejor.

Lo entendía. Yo llegaba a sentirme de la misma manera, sin embargo, no dije nada.

-¿Por qué me miras así, Gray? -pregunte divertida.

-¿de qué hablas? - contestó, fingiendo no comprender a lo que me refería.

Un relámpago iluminó por un pequeño instante la habitación. Escondí el rostro en el cuello de Grayson y lo abrace fuerte esperando temblorosamente aquel violento ruido.

-eres una miedosa de mi peor- se burló, risueño mientras acariciaba mi cabello.

El trueno rugió desgarradoramente en el cielo provocando que las ventanas vibraran ante tanta furia.

No quería admitir mi temor por los truenos, pero para Grayson, ya había quedado más que claro. Me avergüenza el hecho de que una simple lluvia terminara por hacerme temblar, pero era inevitable, supongo.

-es patético -balbucee en su cuello -tengo edad suficiente como para superar ese estúpido miedo.

Su risa provocó que mi humor se ablandara un poco, solo un poco.

-todos le tenemos miedo a algo -dijo- yo por ejemplo, le tengo miedo a las alturas. Es normal, Meredith.

Levanté mi cabeza para encontrarme con ese par de hermosos ojos oscuros viéndome fijamente.

-desearía no temerle a nada -confesé en un susurro.

-El miedo es un sentimiento y tenerlo es sólo resultado de tu sensibilidad -besó la comisura de mis labios -.Es completamente humano. Hasta el hombre más duro del mundo le tiene miedo a algo.

Sonreí en silencio -: supongo que tienes razón.

-¿Cuándo no?

Rodee los ojos.

-Me gustas mucho, Meredith Stewart -Añadió sin quitar su mirada de la mia.

Mis vellos se erizaron violentamente al instante de escuchar esas palabras. Fue inevitable. Sentía mi cara verdaderamente caliente por lo cual me imagine lo colorada que debía de estar en este momento.

Opte por medidas desesperadas: escondí -nuevamente- el rostro en el cuello de Grayson. Sentí su risa vibrar en su pecho.

-no te escondas de mí -acaricio mi cabello -mírame, eh, mírame.

Obedecí a regañadientes pues aún sentía la sangre acumulada en mis mejillas.

-tenemos que darle importancia a esto -tomo mi mano para después colocarla en su pecho.

Asentí pues seguía aturdida por la gran importancia que había adquirido el momento. Grayson hablaba de nosotros y lo hacía de una manera verdaderamente... formal.

-he tenido relaciones antes, tú lo sabes -hizo una pausa mientras estudiaba mis ojos -. Pero... estar con alguien que en verdad quiero, es nuevo para mí. Estoy un poco a ciegas, si se podría decir así. No me da miedo, se trata de ti y sé que esto que tenemos puede llegar a ser algo mucho más grande.

SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora