CAPITULO 27

5.1K 302 36
                                    


            Desperté temblando del frío. ¿Pero qué es lo que le pasa a este clima? ¡Es demasiado impredecible, joder!

—¿Meredith? —era mamá tras la puerta —¿ya despertaste, cariño? ¡Se te va a hacer tarde para ir a la escuela!

Quise poner los ojos en blanco, no queria levantarme. Estábamos a varios grados bajo cero, eso de seguro.

-¡prohibido salir sin gorro y bufanda, eh! -advirtió. ¿Acaso seguía parada detrás de la puerta? Vaya, mamá es una acosadora nata —. Lo digo en serio, Meredith.

—¡entiendo!, ¿puedes subirle a la calefacción? -enrolle mi cuerpo entre las mantas. Maldito frio.

-tu padre está en eso, por el momento ni se te ocurra darte un baño o algo por el estilo —asomó su cabeza entre la puerta —. ¿Qué haces ahí? ¡Comienza a arreglarte, jovencita!

-¡no me puedo mover, diablos!

-no maldigas en frente de mi, Meredith —me reprimió —. Y si no estás lista en media hora, te irás en el autobús.

El autobús era muy mala idea. Oh no, ni de loca me iba en autobús.

El repiquetear de mi teléfono sobre la cómoda capturó toda mi atención. Lo tomé en seguida y por poco caigo sobre el suelo.

-¡Meredith! -exclamó sorprendida —¿podrías tener más cuidado? ¡Estás muy delicada, por dios!

La ignore para contestar sin si quiera revisar de quien se trataba. Me lo podía imaginar. ¿Quien más, si no él?

—¿hola?

-Nena, buenos días -saludó Grayson. Sonreí al instante de escuchar su encantadora voz adormilada —¿tienes algún problema con que te recoja para irnos?

-¿al instituto?

-A donde quieras, preciosa —contestó con tono travieso.

-¡Gray! -reí entre dientes -no tengo problema. De hecho, me viene a la perfección. Mamá quiere que viaje en el autobús.

Escuche su sonrisa.- diablos, eso suena mucho mejor.

-estaré lista en unos minutos —aseguré -¡dile a tu hermano que me debe una magdalena! Ese será mi desayuno.

-yo podría comprártela.

-muy amable, pero no gracias.

-de seguro es porque no quieres que me acerque a la cocinera. -se burló. -apuesto a que es eso.

-Grayson, no todo se trata de ti.

-cuando vienes tu incluida, diablos que sí. -dijo.

Bufé burlona. -ya lo quisieras tu.

-di lo que quieras, Stewart. -mi apellido en sus labios ya no se escuchaba más como algo molesto, de hecho, hasta me gustaba. -me tengo que ir, Ethan por fin ha salido de la ducha. Te veo en unos minutos.

-¡no se te olvide decirle! -le recordé antes de terminar la llamada.

Ni si quiera me había percatado de la presencia inmóvil de mi madre. Me miraba fijamente, como si fuese alguna criatura exótica del circo o algo por el estilo.

Diablos, esa mirada no me gustaba nada.

Sabía lo que venía a continuación. Una larga serie de preguntas. Mamá podría llegar a ser verdaderamente persistente cuando quiere enterarse de algo.

Y a continuación, el interrogatorio:

-¿Qué fue todo eso? -cuestionó.

-¿Qué fue qué? -de verdad espero que mi madre no pueda detectar mi intento por persuadir sus preguntas.

SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora