CAPITULO 18

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Mi esperanza se había desvanecido por completo, abriéndole paso a la cruda decepción.

Después de que pasara una hora completa sin escuchar noticia alguna de Grayson, me tuve que hacer a la idea de que por primera vez en la vida me habían dejado plantada. No mentían cuando decían que se sentía terrible. 

Me levanté sintiéndome completamente patética. Caminé directamente al baño y me enjuague la cara. Removí todo el maquillaje que anteriormente me había puesto con sumo cuidado mientras pensaba en las razones o circunstancias que pudieron haber provocado que Grayson no llegara. 

¿Y si tuvo un accidente en su carro mientras venia por mi? No creo, Ethan o Rebeca ya me hubieran avisado. Eso era seguro. ¿Entonces qué paso? 

Da igual, no es tan importante, de todos modos no somos nada. 

Pero nos besamos...

Eso ni significa nada, Meredith. Grayson tiene muchas chicas a las cuales puede besar y tú no eres la excepción.

Odio mi cabeza, es cruel y realista, lo cual era realmente doloroso. 

Me quite la ropa y me puse pijama y me acosté de nuevo en mi cama, me sentía incómoda y no sabía realmente por qué. Prendí la tele con la esperanza de encontrar alguna buena película o serie que me aburriera lo suficiente para quedarme dormida lo antes posible. 

De pronto sonó el timbre.

Mi corazón sufrió un golpe fuerte y por poco se me sale del pecho.No podía ser él, no después de haberse tardado más de dos horas en llegar por mí.

Ni si quiera me moví de la capa. Opté por fingir no haber escuchado aquello y continué con mi búsqueda en el televisor.

Minutos después alguien llamó a mi puerta. Era Danielle.

-Err... -me observó confundida, probablemente tenía una apariencia patética -Grayson está en la sala, te está buscando. 

Será cínico. ¿Cómo se atrevía a venir a mi casa? ¿Cómo esperaba que yo accediera a irme con él? Aprovecharía la oportunidad para dejarle en claro lo molesta que estaba.

 - Gracias por avisarme, Delle. En seguida voy.

-No hay de qué.

Me puse mis calcetines y baje recordándome que tenía que lucir indiferente, no quería que supiera lo mucho que me había afectado su acto de grosería.

Al entrar a la sala lo primero que vi fue a un cuerpo sin cabeza, y digo sin cabeza porque un gigantesco ramo de rosas rojas impedía que viera su rostro. Me sentí aun peor. 

-¿De verdad crees que soy ese tipo de chica? -mi tono era molesto y frio. No estaba acostumbrada a hablarle de esa forma, no sentía que era realmente yo la que estaba hablando. Pero estaba enojada y no podía evitarlo.

Sus brazos reflejaban esfuerzo por sostener la inmensidad de flores, pero eso a mi no me importaba, no me movería ni un centímetro para ayudarlo. Bajó el ramo un poco para que pudiésemos hablar de cara a cara, supongo. 

Ya me estaba imaginando sus excusas: "lo siento, no me fije en la hora" o mejor aun "perdón, te compre este gigantesco ramo para que supieras lo arrepentido que estoy"

-Meredith -comenzó -siento haber roto mi celular, no pensé en que sería de gran ayuda en estos momentos; pude haberte llamado o al menos mandado un mensaje de texto. Siento haber llegado a esta hora. Sé que no hay manera de que me perdones. Sé que no eres una chica que se convence con flores y chocolates, créeme que lo sé. Jamás estuvo en mis planes todo lo que paso, jamás.

SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora