Capitulo trece.

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Hades no sabía por dónde empezar, pero sabía que debía tener cuidado con las palabras que debía elegir. De lo contrario,pondría todo patas arriba.

Ying solo se limitaba a verlo perplejo,esperando lo que tuviera que decirle.

- Ying Zheng...- hablo finalmente el albino con ciertas dudas - Y-yo... Quiero disculparme por como te trate el día de tu cumpleaños,solo intentabas hacerme sentir mejor pe-...- no pudo terminar porque el otro lo interrumpió

- ¿Encerio te disculpas tu? O ¿te enviaron a disculparte? - pregunto calmado, pero de golpe, desconcentrado al otro

Ying no era ningún tonto,solo fingía no darse cuenta por qué estaba muy enamorado y creía que lo estaban cuidado. Pero siempre que Hades lo trataba bien era por qué sus hermanos, primos y amigos  lo obligaban y está vez no era diferente.

En su momento pensó que lo hacían por qué lo querían y lo consideraban su amigo. Pero ahora sabía que lo hacían para proteger sus propios intereses, Cosa que no estaba mal. Le hizo darse cuenta de que ,el hecho de que el fuera hermano de sus respectivas parejas, no significaba que eran sus amigos, ni tampoco que debían ser cercanos. Ya que la relación de cada uno era con Kojiro, Jack, Simo, Sakata y Nikola. No con el.

Y con esas cosas claras, estaba listo para pintar un límite entre ellos a partir de ahora. No sería de inmediato, pero trabajaría en eso.

- Hades.... Se que no te caigo bien. - afirmó con calma mientras suspiraba con alivio - Me odias por qué solo te incómodo y te e causado problemas, muchos problemas. - continuo pasando a un rostro pensativo - Todos tenemos un límite y yo te lleve al tuyo.  - confeso mientras lo miraba a los ojos y se ponía nervioso - Se que me tratas bien únicamente por qué te preocupa poner a tus amigos en una situación incomoda solo por qué son parejas de mis hermanos. - continuo mientras bajaba la mirada, empezando a dudar de lo que salia de su boca. - Eh sido un idiota contigo, lo sé, así que ya no tienes que obligarte a ti mismo a tratarme o tan siquiera dirigirme la palabra. - entrelazo sus propias manos al sentir que comenzaría a temblar,no quería verse dudoso, quería ser firme - Todo lo que hice contigo estuvo mal e intentaste decírmelo de muchas formas, pero yo no te oí. - una sonrisa amarga salió de su boca, una que borro de inmediato alzando la cabeza -  Agradezco tu paciencia y te aseguro que no busco perjudicar a ninguno de ustedes . - con una pizca de valentía se relajo y puso un gesto comprensivo. - Así que a partir de ahora,puedes estar tranquilo a dónde quiera que vayas por qué ya no voy a seguir con absolutamente nada... - aseguro para después darse la vuelta e ingresar a la biblioteca
- Cuídate. - concluyo desde el fondo de su corazón, con una sonrisa,antes de introducirse por completo a la biblioteca y cerrar las puertas detrás de el.

Hades se quedó de piedra al escuchar todo aquello, no se movía,ni siquiera sabía si seguía respirando. Estaba completamente desconectado del asombro,a tal punto que no podía oir los murmullos de incredulidad de algunos chismosos que pasando por ahí escucharon todo eso.

Y finalmente en su conciencia solo sonaba una cosa:
“¿¡Que demonios acaba de pasar!?”

.....

Si  las personas fuera de acero,no abría tantos corazones rotos en el mundo. Y en cuanto llego al escritorio donde estabas estudiando con Jataka se derrumbó por completo, por qué con todo lo que dijo, el mismo se destrozó.

Llorando en silencio para no hacer ruido y no llamar la atención, con la mirada baja para que no lo viesen llorar, dejando que su compañero le acariciara la espalda comprensivo para consolarlo mientras a su vez guardaba las cosas de ambos para sacarlo de ahí.

Al fin saco todo eso que se guardo en los últimos días. Eso que en secreto le quemaba el pecho y que aunque sabia que ocurría,no pensó que tendría el coraje para hacerlo hoy. Sus sentimientos y mente estaban echos un lío. Se sentía orgulloso por dar el paso, pero triste por haber tenido que llegar a eso. Su mente estaba eufórica mientras su corazón lloraba a mares

Pero, como aquí nos gusta reírnos de nuestras desgracias, un chiste irónico sonó en su cabeza. Mismo que le saco una sonrisa junto con más lágrimas desesperadas.

"Jorge el pendejo se lastimó así mismo"

Pero era necesario, muy necesario, para que tiempos mejores pudiesen llegar. Tal y como dijo alguna vez Fyodor Dostoyevsky

“El dolor y el sufrimiento son siempre inevitables para una gran inteligencia y un corazón profundo”.


"Confesión No. 888" (Haqin) Shuumatsu no Valkyrie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora