KING, CAIUS VOLTURI - TRADUCCIÓN

Twenty four

–ESTAMOS EN ESTA hermosa isla. Carlisle literalmente es el dueño de ella–, le dice Bella por teléfono a Jordyn.

Jordyn camina por la habitación con el teléfono pegado a la oreja, escuchando a Bella divagar.

–¡Y la primera noche que llegamos aquí fue tan increíble! Pasamos un momento increíble anoche, entramos al océano y–

Jordyn la interrumpe, –No necesito los detalles, Bells.

–Cierto, lo siento. ¿Cómo está Italia?–, pregunta Bella, sintiéndose un poco avergonzada por haber compartido demasiado.

Es genial, realmente lo extrañé aquí–. Jordyn le dice a su hermana, sentándose en su cama.

–¿Cómo está Caius? ¿Sigue caminando sobre el agua?– Bella se ríe por teléfono.

Jordyn pone los ojos en blanco, –Es genial, gracias por preguntar.

Jordyn puede escuchar la voz de Edward de fondo, –Jord, tengo que irme. Te llamaré pronto, ¿de acuerdo?

Jordyn suspira, –Sí, adiós, Bells.

Jordyn cuelga el teléfono y lo coloca a su lado. Ella frunce el ceño, triste porque su conversación con su hermana fue interrumpida. Se levanta y se dirige a la puerta, sabiendo ya cómo levantarle el ánimo.

Demetri está parada afuera mientras Jordyn abre la puerta, ella comienza a caminar y él la sigue en silencio.

Jordyn se sabe de memoria el camino a los jardines, sólo necesita ayuda para abrir las grandes puertas.

Demetri las abre y Jordyn lo rodea y rápidamente le agradece.

Ella guía el camino hacia su lugar junto a las rosas, se sienta con un suspiro de alivio, relajándose inmediatamente de estar afuera y respirando aire fresco.

Se apoya sobre los codos y deja que el sol caiga sobre su piel expuesta.

Puede escuchar a Demetri sentarse a su lado, gira la cabeza para verlo con la capucha puesta y una flor en su mano pálida.

–Extrañaba esto–. Jordyn dice, mirando nuevamente al cielo y cerrando los ojos.

–Yo también. La nubosidad de tu casa era bastante deprimente–. Dice Demetri.

Jordyn se ríe ligeramente y asiente con la cabeza, –Forks es bastante deprimente, aunque me gustan las nubes. La lluvia es pacífica.

–Fue agradable no brillar en todos los lugares a los que fui–. Añade Demetri.

–Oh, sí. Olvidé que eres una bola de disco caminante–. Jordyn se ríe disimuladamente.

Demetri murmura algo en voz baja y niega con la cabeza.

Jordyn y Demetri se quedaron afuera casi todo el día, y solo salieron una vez que se puso el sol.

Los dos entran al castillo, Jordyn se vuelve hacia Demetri y le dice, –voy a ver a Caius.

Ella comienza a caminar en dirección a su habitación, pero Demetri la agarra de la muñeca y la tira hacia atrás, –Quizás ahora no.

Jordyn le da una mirada confusa, –¿qué pasa?

Demetri le da la vuelta y comienza a caminar hacia su habitación, –Siempre puedes verlo, ¿qué tal si salimos?

Jordyn frunce el ceño, –Salimos todo el día, Dem. ¿Por qué no puedo verlo?

–Está muy ocupado–. Demetri suspira, –¿Podríamos dibujar o algo?

Jordyn gime y lucha contra el agarre de Demetri, –Está bien... ¿Puedes soltarme?

Demetri deja caer su muñeca y se disculpa después.

La pareja entra a la habitación de Jordyn, Jordyn toma su cuaderno y un lápiz antes de saltar a su cama y comenzar a dibujar.

Demetri toma un libro y comienza a hojear las páginas rápidamente.

Aproximadamente media hora después, se oye un ligero golpe en la puerta, la puerta se abre y aparece Jane.

Demetri levanta la vista de su libro y gime, –¿Sí, Jane?

Jane frunce el ceño ante su actitud, –Aro quiere verte.

Demetri suspira y se levanta, colocando el libro nuevamente en su lugar respectivo.

–Lo siento, Jord. Te veré más tarde–. Se despide detrás de sí mismo mientras sale de la habitación.

Jordyn se despide antes de que se cierre la puerta.

Después de unos momentos, Jordyn abre la puerta y se asoma al pasillo, que estaba vacío.

Ella sonríe antes de ponerse los zapatos y salir de su habitación.

Viaja por los pasillos con cautela, asegurándose de que no haya nadie alrededor antes de doblar cualquier esquina.

Finalmente llega a la puerta de Caius, se pregunta si tocar, pero decide no hacerlo.

Gira la manija y cruza la puerta.

La vista frente a ella es devastadora, su corazón late rápidamente y sus piernas se sienten débiles.

Caius estaba acostado en su sofá con una mujer de cabello pálido; la mujer del cuadro.

Él la estaba abrazando como había abrazado a Jordyn antes.

Las lágrimas brotan de los ojos de Jordyn y sacude la cabeza, más que sorprendida por lo que está sucediendo.

Caius se levanta rápidamente pero Jordyn se da vuelta rápidamente y sale de la habitación.

Ella contiene las lágrimas hasta llegar a su habitación.