KING, CAIUS VOLTURI - TRADUCCIÓN

Eight

DEMETRI Y JORDYN caminan por los silenciosos y oscuros pasillos hacia el otro lado del castillo, ya llevan unos minutos caminando.

–Dem, ¿a dónde vamos? Me duelen los pies–. Jordyn se queja.

–Casi estamos allí–. Le dice Demetri.

–¿Casi dónde?– Jordyn regaña.

Demetri suspira, –Ya verás.

Momentos después se detienen en una puerta, Demetri se despide antes de alejarse rápidamente.

Jordyn se muerde el labio inferior antes de llamar a la puerta. Se abre sólo unos segundos después para revelar a Caius con una camisa blanca manchada de pintura.

Él mira su cuello, la huella de la mano ahora es morada y manchada.

Vuelve a mirar hacia arriba, –Adelante–. Él se hace a un lado para que ella pueda entrar a la habitación.

Su mandíbula casi cae una vez que lo ve. Hay cuadros por todas partes, el suelo es de madera y las paredes son luminosas, completamente opuesta a todo lo demás en el castillo. Hay un sofá blanco en el medio de la habitación con salpicaduras de pintura por todas partes en los cojines, frente a él hay un caballete con un lienzo en blanco.

Estudia los cuadros que cuelgan por toda la habitación, algunos son de las colinas de Toscana, el castillo, algunos de sus hermanos, pero uno realmente le llama la atención.

Es un retrato de una mujer, tiene cabello casi blanco y piel de alabastro con ojos carmesí, tiene una mandíbula afilada y una nariz recta, todos sus rasgos son simétricos. Parece una diosa.

–Ese es uno de mis favoritos–. De repente, Caius está al lado de Jordyn, haciéndola saltar.

Jordyn se aclara la garganta, –Está muy bien hecho.

–Gracias–. Caius le da una pequeña sonrisa.

Jordyn le devuelve la sonrisa y luego se gira para estudiar la habitación, Caius le da al retrato una última mirada antes de seguirla.

–¿Entonces qué es esto?– Ella hace un gesto a toda la habitación.

–Mi estudio de arte–. Él responde.

–Bien–, asiente lentamente y se sienta en el sofá manchado, –¿por qué estoy aquí?

Caius toma otro caballete de una esquina de la habitación y lo coloca frente a Jordyn, –Pensé que podríamos pintar juntos–. Se encoge de hombros y se sienta.

–No puedo pintar–. Ella niega con la cabeza y sus mechones castaños fluyen con el movimiento.

–Intentalo–. Dice, antes de tomar dos pinceles y agregar puntos de pintura a una paleta.

Jordyn observa cómo Caius moja su pincel en pintura verde claro y comienza a trabajar.

Se sumerge en un amarillo y acaricia suavemente el lienzo con el pincel.

Jordyn agrega un poco más de azul a la pintura antes de dejar el pincel y sonríe ante su trabajo. Es una puesta de sol en el océano, no parece nada malo. Está orgullosa de sí misma, hasta que mira el cuadro de Caius.

–Oh vamos–. Suspira y echa la cabeza hacia atrás.

Caius la mira, –¿Qué?– Suena divertido.

–Eso–. Ella señala su lienzo.

–¿Perdona?– Él frunce el ceño, una sonrisa divertida se posa en sus labios.

–¿Eres malo en algo?– Ella pregunta.

Piensa por un segundo, –En realidad, no.

Jordyn se ríe, –Por supuesto que no.

Caius estudia su pintura y observa los colores.

–No está mal–, le dice.

Ella levanta la cabeza y le sonríe, –Gracias, rubio.

Pone los ojos en blanco ante el apodo.

El reloj colgado en su habitación suena una pequeña melodía, lo mira fijándose en la hora.

Sus ojos carmesí se abren y rápidamente se levanta.

–¿A dónde vas?– Preguntas Jordyn.

–Tengo que estar en algún lugar–. Se pone la capa antes de correr hacia la puerta, pero se detiene y se da vuelta, –Demetri estará aquí para ayudarte a regresar a tu habitación, buenas noches–. Ante eso, acelera por el pasillo.

Jordyn frunce el ceño y se levanta, manteniendo los ojos en la puerta.