"Encontré el amor
donde no se suponía que debía estar".
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Jordyn Swan se ve obligada a viajar para salvar al idiota novio de su hermana, sin saber lo que le espera, sin saber que en Italia, su...
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–¿Quién es?– Jordy pregunta mientras la pareja camina por los pasillos desolados.
–La esposa de Aro, mi cuñada–. Sus respuestas
Jordyn tararea, –¿Crees que le agrade?
Jordyn siempre se ha estresado por si no le agradará a la gente, por lo que está particularmente nerviosa, pero sus nervios están más intensificados ahora, considerando que está en camino a conocer a una reina vampiro.
–A Sulpicia no le cae mal nadie, no te preocupes–. Caius la tranquiliza.
Sulpicia fue informada de Jordyn hace sólo unas horas, estaba molesta, todavía lo está, pero sólo porque Caius no se lo dijo antes.
Los dos caminan de la mano por el pasillo familiar, hablando de cosas al azar.
Se detienen frente a la puerta del dormitorio de Caius, donde nota que Jordyn se mordisquea nerviosamente el labio inferior. Entonces, toma su mano libre, toma un mechón de cabello suelto que debía estar detrás de su oreja y lo vuelve a colocar en su lugar. El corazón de Jordyn late hiperactivamente.
–¿Estás lista?– pregunta Caius.
Jordyn asiente, preparándose mentalmente para la próxima presentación.
Caius le da una última sonrisa tranquilizadora antes de darse la vuelta y abrir la puerta.
–Bueno, ya era hora–. Una dulce voz dice mientras los dos entran en la habitación.
Jordyn mira alrededor de Caius para ver a una mujer sentada al lado de Aro, tiene cabello largo castaño oscuro que llega justo por encima de su cintura, su rostro es muy simétrico y pálido, por supuesto, sus ojos granates recorren a Jordyn. Su rostro se ilumina con una sonrisa.
–Tan dramática–. Caius pone los ojos en blanco y acompaña a Jordyn hacia la pareja.
Sulpicia lo ignora y salta de su lugar, parándose frente a Jordyn en el mismo segundo.
–Ah, Jordyn–, Sulpicia toma la mano de Jordy y la lleva a un sofá vacío, sentándose con ella, –Es un placer conocerte.
–Sí, a ti también–, sonríe Jordyn, –No sabía de ti hasta hace diez minutos, pero–. Jordyn se ríe ligeramente.
–Oh, yo también–, Sulpicia se ríe junto con Jordyn, de alguna manera causando que se sienta insegura acerca de su risa, algo de lo que Jordyn nunca pensó que podría estar insegura, –Aro no me habló de ti hasta hoy–. Ella entrecierra los ojos hacia su marido.
–¿Qué hay de la esposa de Marcus? ¿Alguien…– Jordyn se calla al notar las expresiones sombrías de todos, –¿qué?
Aro suspira, junta sus dedos y luego los coloca en su regazo, –Didyme murió hace mucho tiempo– Aro inhala profundamente y parpadea. Su mirada al suelo.
