KING, CAIUS VOLTURI - TRADUCCIÓN

Twenty three

EL SOL ENTRABA A TRAVÉS DE las altas ventanas de la habitación de Jordyn, interrumpiendo su sueño.

Se sienta en su cama y, aturdida, se frota los ojos para eliminar la visión borrosa.

Se agacha para leer el gran reloj de la pared y casi se queda sin aliento al ver la hora; 1:57pm.

Ella sale de la cama y entra al baño, abre rápidamente la ducha y se quita la ropa incómoda.

Entra en la ducha y silba ante el agua demasiado caliente, gira ligeramente la manija, relajándose por la temperatura más fría.

Se toma su tiempo en la ducha, lavándose lentamente el cabello y el cuerpo, incluso afeitándose las piernas.

Cuando salió eran las 2:30 pm y tenía el desayuno esperando en su escritorio.

Se acerca y se sienta, toma una fresa del plato y la mordisquea.

Ella sonríe mientras contempla los jardines familiares y observa cómo el jardinero riega los distintos tipos de flores.

Aunque tiene que mirar hacia otro lado cuando la puerta se abre y Aro entra.

–Hola, Jordyn– Saluda Aro, cerrando la puerta y entrando más a su habitación.

Jordyn coloca la hoja verde de la fresa, –Hola, Aro.

–Espero no estar alterando nada–. Aro dice preocupado.

Jordyn sacude la cabeza y le sonríe, –No lo estas. ¿Qué pasa?

Aro le devuelve la sonrisa, –Sulpicia quiere verte.

–Oh–, Jordyn parpadea, –¿está contigo?– Ella frunce el ceño hacia Aro.

–No, ella está en su torre–, él niega con la cabeza, –¿te gustaría verla también?–, Pregunta, su voz es esperanzada.

Jordyn se encoge de hombros y se levanta, –¿Tiene su propia torre? Wow.

Aro se ríe, –Sí, ella pasa la mayor parte del tiempo allí, sale muy raramente.

Jordyn asiente y agarra un par de zapatos, sin importarle cuál, se los pone y sigue a Aro hacia el pasillo.

–Entonces, ¿por qué quiere verme?– Jordyn pregunta mientras caminan por los pasillos de piedra.

–Le agradaste cuando te conoció, hace rato que quería volver a verte–. Él le informa.

–¿Ee
nserio?–Jordyn levanta una ceja.

–Mucho–, él asiente, –en cierto modo le recuerdas a Didyme–. Su voz se vuelve sombría ante la mención de su difunta hermana.

–Qué lindo–. Jordyn se siente honrada de recordarle a Aro a alguien tan cercano a él.

La caminata hasta la torre sur dura unos diez minutos, Aro y Jordyn hablan sobre el viaje de regreso a casa de Jordyn durante todo el camino.

Se detienen frente a grandes puertas de caoba, Aro las abre y se hace a un lado para que Jordyn pueda pasar. Ella pasa junto a él y entra a un pasillo que conduce a una gran escalera de caracol.

Ella sube las escaleras, Aro la sigue.

En lo alto de las escaleras hay otra puerta, ella llama suavemente y se abre en el mismo segundo.

Sulpicia sonríe y abraza a Jordyn, Jordyn se toma un segundo para devolverle el abrazo, debido al sutil shock que se desató en ella ante la acción repentina.

–Hola, Jordyn–. Sulpicia saluda una vez que libera a Jordyn del abrazo.

–Las dejaré, señoritas–. Aro se despide antes de regresar a la puerta.

Sulpicia toma la mano de Jordyn y la acompaña hasta un sofá grande, los dos se sientan.

–Entonces, ¿escuché que fuiste a la boda de tu hermana?– pregunta Sulpicia emocionada.

Jordyn asiente, –Sí, yo era su dama de honor–. Jordyn sonríe mientras piensa en la boda.

Sulpicia aplaude como una niña pequeña emocionada, –Me encantan las bodas. Apuesto a que te veías increíble.

Jordyn se sonroja y mira hacia abajo para ocultar su rostro, sonríe, –Gracias.

Durante las siguientes horas, Sulpicia habla con Jordyn sobre todas las bodas a las que ha asistido, lo cual es una cantidad impía.

Sin embargo, a Jordyn no le importa. A ella le gusta Sulpicial y pasar tiempo con ella, se siente lindo simplemente hablar con alguien sobre cosas que no son realmente importantes, como la gran cantidad de bodas a las que uno ha asistido.

–La última en el que estuve fue hace unos trescientos años–. Sulpicia termina con un breve suspiro.

Jordyn parpadea, –Wow. Realmente te deben gustar las bodas.

Jordyn de repente se levanta, ganándose una mirada confusa de Sulpicia, –tengo que orinar–. Jordyn dice antes de dirigirse a la puerta que estaba colocada en el medio de la pared, asumiendo que era el baño, pero antes de que pueda alcanzar la manija de la puerta, Sulpicia la estába redirigiendo.

–Ese no es el baño–. Su voz tiene un tono ansioso.

Jordyn levanta una ceja ante el sonido de su voz, –¿Tienes baño? Mi vejiga está a punto de explotar.

–Quizás deberías usar el de tu habitación–, Sulpicia la lleva hacia la puerta y la abre. –Te veré pronto, Jordyn.

Jordyn sale por la puerta y va a decirle algo a Sulpic, la puerta está cerrada.

Jordyn frunce el ceño y baja las escaleras, rezando para no prepararse en el camino de regreso a su habitación.

Horas más tarde, Jordyn está leyendo un libro en su cama cuando la puerta se abre, luego se cierra y unos brazos fríos rodean su cintura.

–Hola, Caius–. Jordyn saluda, dejando caer su libro.

–Hola–, Caius hace girar un mechón de cabello de Jordyn entre sus pálidos dedos, –¿cómo estuvo tu tiempo con Sulpicia?

Jordyn se encoge de hombros, –Estuvo bien, ella divagaba una y otra vez sobre bodas–, se ríe Jordyn, –y casi me arranca el brazo después de que intenté abrir una puerta.

–¿Ah, enserio?– Caius, por supuesto, sabe por qué alejaron a Jordyn de la puerta.

–Sí, fue extraño. ¿Cómo estuvo tu día?– Pregunta Jordyn, sin notar el tono nervioso de Caius.

–No estuvo tan mal, el juicio fue largo–. Cayo se encoge de hombros.

Luego, Caius toma el libro y comienza a leerlo, Jordyn pronto se queda dormido escuchando la suavidad de su voz.