KING, CAIUS VOLTURI - TRADUCCIÓN

Twenty two

CHARLIE LE DA UN GRAN ABRAZO A JORDYN, él deja escapar un pequeño suspiro. Se le acabaron los cuatro días y ahora tiene que regresar a Italia.

–¿Tienes que irte? Bells acaba de irse–. Charlie dice que una vez que termina el abrazo, su voz está llena de tristeza, lo que hace que a Jordyn le duela el corazón.

Jordyn no puede evitar sentirse mal por irse, una de sus hijas acaba de casarse y la otra regresa a Italia en la misma semana, dejándolo solo en su casa.

–Volveré papá, lo prometo. Puedes llamarme, ¿sabes?– Jordyn le dice, frunciendo el ceño ante su expresión sombría.

–Sí, sí, lo sé–, Charlie mira por la ventana una vez que escucha que un auto se detiene, una lujosa camioneta ahora está estacionada en la calle, –será mejor que te vayas.

Jordyn asiente y le da un abrazo rápido, –Adiós, papá.

–Diviértete, Jord.

Jordyn le sonríe antes de tomar su maleta y llevarla hacia la puerta principal. Ella sale y grita un último adiós antes de cerrar la puerta.

Antes de que pueda empezar a intentar bajar su maleta por las escaleras, Demetri la agarra y la lleva al auto.

Jordyn baja las escaleras y sigue a Demetri.

–Casi lloré al escuchar tu despedida con tu padre–, dice Demetri mientras arroja la maleta en el baúl y abre la puerta trasera para Jordyn.

–Callate–. Jordyn sube al auto y la puerta se cierra detrás de ella.

Demetri pronto está en el asiento delantero y se aleja, Jordyn le da una última mirada a su casa antes de que desaparezca por la esquina.

De camino al aeropuerto, Jordyn mira fijamente los grandes árboles, preguntándose cuándo volverá a Washington y si tal vez Caius estará con ella esta vez.

El avión aterrizó en Italia alrededor de las 10 p. m., está a cuarenta minutos en auto del castillo.

El grupo actualmente conduce a través de las familiares colinas de la Toscana, Jordyn toca el tambor en el respaldo del asiento delantero, más que emocionada de ver a Caius nuevamente; su breve tristeza fue reemplazada por emoción. En el momento en que subió al avión, no se ha apagado desde entonces.

Jane la mira desde su lado, con el ceño fruncido pintado en sus labios.

–¿Podrías parar?– Ella sisea enojada.

Jordyn se detiene por una fracción de segundo para responder, –No–. Luego comenzó de nuevo.

Jane gime y pone los ojos en blanco. –Me gustaría que mi don funcionara contigo.

–Sé que realmente me amas, Jane–. Jordyn mueve las cejas burlonamente hacia la chica enojada.

Jane se burla, –creo que no.

–Lo que digas–. Las dos discutieron así casi todo el camino de regreso al castillo, Jane casi le arranca la cabeza a Jordyn en un momento, pero Alec intervino.

–¿Pueden ustedes dos parar? Estamos aquí–, dice Alec antes de saltar del auto y salir corriendo del garaje, necesitando estar lejos de las disputas.

Jane casi inmediatamente sigue a Alec.

Jordyn chilla y abre la puerta trasera, saltando emocionada.

Demetri agarra su maleta y entra, Jordyn lo sigue de cerca.

Durante todo el camino a su habitación, ella habla con él con entusiasmo, él nunca responde, solo la escucha divagar una y otra vez.

Finalmente llegan a su habitación, él abre la puerta y arroja su maleta adentro antes de salir por el pasillo.

Jordyn frunce el ceño ante su repentina desaparición y entra a su habitación, cierra la puerta detrás de ella y enciende la luz.

La habitación se ilumina y Jordyn casi le grita a la figura sentada en su escritorio, de espaldas a ella, pero luego reconoce el cabello rubio ondulado, –Rubio–. Ella dice antes de caminar hacia él.

Rápidamente se levanta y la abraza, apoyando la mejilla en su cabeza y envolviendo sus brazos alrededor de su cintura.

Jordyn respira su familiar aroma a pintura acrílica y colonia elegante.

–Ha sido bastante aburrido aquí sin ti–. Dice Caius.

–Te creo–. Jordyn se ríe.

–¿Cómo estuvo la boda?– Pregunta Caius mientras se aleja del abrazo y lleva a Jordyn a su cama, ayudándola a subir a ella.

Jordyn se acurruca a su lado y se quita los zapatos.

–Fue genial. Bella se veía hermosa, no tropezó con nada, sorprendentemente. Ah, y amenacé con golpear a Edward con una pala–. Jordyn le dice con orgullo.

Caius se ríe, –Apuesto que sí.

Jordyn continúa contándole cómo pasó sus últimos días en Forks con Charlie y cómo ya lo extrañaba.

Los dos permanecen abrazados, charlando hasta la madrugada, donde Jordyn inevitablemente se queda dormida.