Examino la sucia y amplia habitación donde hay solo una maldita puerta. Comienzo a removerme procurando sentir una abertura, pero estoy muy bien atado. Mis muñecas duelen al igual que mis tobillos, libero un grito de frustración haciendo brincar la silla junto a mi cuerpo.

— Por favor, no deseo problemas.

Elevan mi cabeza tirando de mi cabello con rudeza. Me colocan una venda entre los labios callando mi discurso, permitiéndome brotar solo pequeños gruñidos y gritos ahogados. Me encuentro en absoluto pánico. ¿Qué pasó? Son las seis de la tarde, estos hombres se meten a la casa, me secuestran, quizá lastimaron a Ross y ahora están allí plantados sin hacer nada. ¿Esperan instrucciones? ¿Se hicieron pasar por conocidos y por eso Ross los dejó entrar? No, ella no es tan descuidada.

Dejo caer mi cabeza observando el suelo con genuina impotencia. Es cuestión de minutos hasta que dejo de pelear y cierro mis ojos comenzando a contar los minutos en silencio. No sé qué esperan, el ambiente es tenso y no parece haber señal de que algo próxima vaya a ocurrir, así que me quedo en trance y en un estado de fatiga absoluto donde apenas escucho lo que ocurre a mi alrededor. Mis párpados pesan, incluso cuando estoy a punto de dejar caer mi cabeza por completo para dormirme, un celular suena.

— ¿Sí, jefe? —habla uno de los hombres.

No levanto la mirada, escucho todo con los ojos cerrados.

— Iré a abrirle, lo tenemos.

El sonido del pesado metal arrastrándose por el suelo alcanza mis oídos y poco después los pasos se alejan. ¿Estarían sobornando a mi tío? ¿Es por la cantidad de dinero que maneja? A decir verdad siempre me resultó confuso su nivel de poder adquisitivo, pero también de estatus. Mi padre me había contado en repetidas ocasiones que era un poderoso magnate y siempre estaba viajando, he ahí el porqué no lo veíamos a menudo. Tenía sentido. Es decir, mi tío y yo nos llevamos bien, pero nunca fuimos precisamente cercanos como para analizarlo de esa manera.

¿Eran secuestradores? ¿Enemigos? ¿Pero por qué ahora? Cuando presiento que mi situación no puede empeorar, me veo cayendo de nuevo en una situación fuera de mi control.

Los pasos se escuchan más cercanos y el sonido de metal regresa. Me retiran la venda de la boca y tras eso elevo de a poco la mirada. Toda mi sangre se congela.

— ¿Yoongi...? —inquiero sin poder creerlo.

Su rostro se encuentra cubierto de sangre seca al igual que sus prendas. Aquellos ojos profundos ojos ceniza danzan en llamas siniestras y sus venas del rostro palpitan, sus puños están apretados y sus nudillos rojizos. Luce como un maldito desquiciado prófugo. Mis entrañas se remueven y es inevitable no temblar de tan solo verlo; parece que quisiera asesinarme con la mirada o desmembrarme.

Eleva su mentón y le extiende una llave USB a uno de los hombres con las computadoras. Lo observo desplazarse en la sala como un alma en pena, tomando una toalla que le extienden para poder limpiarse parte del rostro aún sin romper su silencio. Jala una silla después de unos minutos y se coloca frente a mí separando sus piernas y dejando caer su exánime mirada sobre mí.

— ¿Qué...? —inicio, pero me interrumpe elevando su mano.

— Tu tío me ha contratado para hacerme cargo de ti —Es lo único que dice—. Pero como regalo de bienvenida, primero necesito que veas y escuches algo, mocoso.

Me mantengo en silencio sin saber qué responder. ¿Mi tío? ¿Yoongi y mi tío se conocen? ¿Entonces esto no es un secuestro? ¿Pero por qué tanta violencia? ¿Quién es esta gente? ¿Por qué Yoongi está empapado de sangre?

Yoongi... y antes Clara.

¿Acaso mi tío está metido en...?

No. ¿O sí?

INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( CORREGIDA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora