Goku En Avatar- Fanfic

Capítulo 18: Trono del Norte (parte 2)

Los personajes aquí nombrados no son de mi autoría. Créditos a sus respectivos autores. Yo sólo soy un fan, que escribe esta historia para entretener a otros fanáticos.

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La lluvia de bolas de fuego, azotaban la tribu agua.

Mientras tanto, Sokka y Yue llegaron al lugar encontrándose con Katara y Goku en el suelo.

—¡Katara! —exclamó Sokka.

La nombrada abrió sus ojos y sintió el dolor en su espalda, producto de haber chocado contra el pilar en ese oasis.

—Sokka... ¡Aang! ¡Busca a Aang! —dijo Katara.

Por otro lado, Yue fue con Goku, el cual seguía desmayado.

—¡Ayuda! —gritó la princesa—. Goku no despierta.

Los hermanos fueron a verlo y notaron la sangre en su nariz y boca. Pero además, vieron que su muñequera tenía rastros de sangre.

—¿Acaso él ha estado sangrando mientras usaba esos elementos? —preguntó Sokka.

Katara no sabía cómo responder esto, pues no lo sabía.

Yue, siendo una mujer capacitada para curar, tomó agua del estanque y la vertió por todo el cuerpo del Son, pero no había caso.

—Por favor, Goku. Despierta —pedía Yue, entre lágrimas.

—Tenemos que ir por Aang. Zuko no habrá ido tan lejos —dijo Sokka.

—Vayan, yo esperaré aquí —dijo la princesa, teniendo en sus piernas a un desmayado Goku.

Los hermanos fueron por Aang, cabalgando a Appa.

...

Hablando del Avatar, éste estaba en el mundo espiritual. Se encontraba en una especie de pantano, aunque con un clima algo cálido, sin hacer tanto calor ni tanto frío.

El monje observó a un mono que parecía estar meditando.

—Hola... Disculpa, ¿podrías decirme dónde están los espíritus de Luna y Océano? —preguntó el chico.

Sin embargo, el mono parlante no respondía, pues parecía estar molesto con la presencia de Aang allí.

—Quizás eso te ayude... ¡Persíguelo! — habló el mono, viendo una luz.

Aang hizo caso y fue tras la luz, a lo que el mono sólo suspiró y siguió su meditación, hasta que sintió una presencia que lo alertó.

—¿Quién anda ahí? —preguntó.

El espíritu animal abandonó su posición de loto, para alzarse y observar a su alrededor.

De pronto, notó a quien estaba provocándole ese extraño presentimiento.

—No puede ser... Tú eres...

...

El monje se encontraba persiguiendo el as de luz, hasta que, por accidente, cayó en un lago y allí, vio en su reflejo al Avatar Roku.

Le contó lo que estaba pasando en la tribu agua, y que buscaba a los espíritus de Océano y Luna. A lo que Roku le responde que esos espíritus eran muy antiguos y que, además, pasaron al mundo humano hace mucho tiempo, casi en los inicios de este. Sólo había un espíritu que conocía bien esto, y se llamaba Koh, el ladrón de rostros.

—Ten cuidado cuando hables con él. No muestres ninguna emoción o gesticules, porque o sino, te robará el rostro. Y también tienes que tener cuidado con los espíritus malignos—aconsejó el anterior Avatar.