Goku En Avatar- Fanfic

Capítulo 7: El pergamino de los maestros agua.

Los personajes aquí nombrados no son de mi autoría. Créditos a sus respectivos autores. Yo sólo soy un fan, que escribe esta historia para entretener a otros fanáticos.

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Appa sobrevolaba unas montañas.

Goku intentaba meditar, pero le era imposible por culpa del monje, que estaba intranquilo.

—Aang, ¿quieres calmarte? —dijo Sokka.

—No puedo. El Avatar Roku me dijo que debía dominar los elementos antes de la llegada del cometa —respondió Aang.

—Pues ya dominas el aire. De seguro podrás dominar el resto antes del verano.

Aang seguía frustrado, caminando de un lado a otro. —No sé dominar el agua, y aún no hemos llegado al Polo Norte. ¿Qué haré?

—Descuida, si quieres... puedo ayudarte con las cosas que yo sé —ofreció Katara.

Aang sonrió y parecía que eso le había levantado el ánimo. —Claro. ¿Lo harías?

—Por supuesto. Sólo tenemos que encontrar algún lugar con agua —dijo Katara.

Goku suspiró, y luego habló: —Según el mapa, a unos metros de aquí hay un lugar para que practiquen.

Con eso, el resto del viaje fue más tranquilo.

Llegaron a un río con agua cristalina, la cual fue aprovechada por Appa, que se dio un gran baño. Sin mencionar que Goku se encargó de lavarle los dedos de sus patas.

Y mientras Sokka buscaba comida, Aang y Katara practicaban el agua control.

(...)

Zuko estaba haciendo sparring con otro maestro fuego.

Su entrenamiento se vio interrumpido cuando el curso del barco cambió.

Rápidamente, el príncipe fue a hablar con el conductor del navío.

—¿Por qué desobedeces y cambias el curso? —preguntó Zuko.

—De hecho... —habló Iroh—... Fui yo. Y te aseguro que es por un asunto muy importante... Y no es el Avatar.

Zuko estaba confundido.

¿Qué podía ser más importante que el Avatar?

—Creo que perdí mi ficha de loto... Y es muy importante para el Pai Sho. Muchos creen que el loto no sirve, pero es esencial para la estrategia que tengo planeada.

—¡¿Cambiaste el rumbo sólo por una ficha?! —exclamó Zuko.

—Sólo dame diez minutos en el puerto, y volveremos al viaje.

Zuko, a pesar del enojo, aceptó.

(...)

Aang y Katara seguían en lo suyo.

El monje, a pesar de apenas estar aprendiendo, era bastante bueno.

De hecho, Katara casi se sentía opacada por la rapidez con la que el nómada aire dominaba los movimientos del agua control.

Sin embargo, en un movimiento peligroso, Aang realizó una enorme ola que, no sólo mojo a Goku y Appa, sino a Zoka, el cual estaba a orillas del río con toda la comida.

—¡Guau! ¡Otra vez! —dijo Goku, saliendo del agua.

—Claro, Aang. Sólo trata de apuntar a otro lado la próxima —comentó Sokka, apuntando a la comida que se llevaba la corriente de agua.