Capítulo 5: Solsticio de invierno (Parte 1).

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Los personajes aquí nombrados no son de mi autoría. Créditos a sus respectivos autores. Yo sólo soy un fan, que escribe esta historia para entretener a otros fanáticos.

ACLARACIÓN: En anteriores capítulos, mencionaba al hermano de Katara como "Zoka". Pero resulta que esa no era la forma correcta de escribir su nombre. Por ello, cambiaré a su forma original, la cual es "Sokka".

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Los viajeros iban arriba de Appa, volando por encima de las nubes.

Fue en pleno vuelo, que Katara observó a lo lejos un bosque quemado.

Rápidamente, el equipo Avatar fue hasta allá.

Al llegar, Aang se sintió triste por el estado de ese bosque. Era lamentable que la Nación del Fuego hiciera eso, y el monje se sentía ciertamente culpable.

—Es mi culpa. Estuve mucho tiempo fuera... Y lo peor es que, aún no sé cómo ser un Avatar —dijo Aang.

—Descuida. Para eso vamos al Polo Norte —comentó Katara, intentando calmar su tristeza.

Pero parecía no lograrlo.

—Allí aprenderé el agua control, pero necesito aprender a ser un Avatar. Gyatso me había dicho una vez, que tenía que contactarme con Roku, para lograr eso —contó Aang.

—Pero el Avatar Roku lleva varios años muerto. ¿Cómo hablarás con él? —preguntó Sokka.

—Eso es lo que no sé.

—Descuida, Aang. Encontraremos la forma —dijo Goku.

Aang sonrió. —Gracias, chicos.

Katara observó algo en el suelo, el cual fue a mostrar al monje de inmediato. Era una nuez, y esa nuez podía convertirse en un gran árbol, lo que quería decir, que ese bosque volvería a crecer. Aún había esperanzas. Y eso, levantó el animo del calvo.

(...)

En otro lugar, Zuko buscaba a su tío para seguir su paso y encontrar al Avatar. Pero se sorprendió al ver a Iroh en unas aguas termales que él mismo había hecho.

—Debes relajarte un poco, príncipe Zuko —dijo Iroh.

—No tengo tiempo para relajarme. No debo perderle el rastro al Avatar —contestó Zuko. Luego, suspiró y aceptó—. Te veo en media hora en el barco, o me marcharé sin tí.

Iroh aceptó esto gustosamente.

(...)

Los chicos estaban preparando las cosas, pero entonces, un anciano se acercó a ellos.

—Vi el bisonte volador y no pude creerlo —dijo el viejo. Miró a Aang y luego sus marcas en el cuerpo—. Tú eres el niño Avatar, ¿verdad?

Aang miró a sus compañeros, quienes estaban de acuerdo en que revele su identidad.

Ya con confianza, el monje asintió.

—Mi pueblo necesita tu ayuda, Avatar —dijo el anciano,

...

Ya adentrados al pueblo, Aang y los demás observaron los destrozos a lo largo del camino.

Cuando llegaron a una gran casona, donde varios habitantes del pueblo se refugiaban. Allí fueron puestos al día con lo que pasaba en ese lugar.

Resulta que había un espíritu que atacaba al atardecer. Su nombre es Hei Bai, el espíritu blanco y negro. Él se había llevado a varios habitantes y temían que, con el solsticio de invierno, las cosas empeoraran. Pues ese día, la línea entre el mundo de los espíritus y el de los humanos, desaparecería.

Goku En Avatar- FanficWhere stories live. Discover now