счастливый сюрприз

384 49 0
                                    

Como era de esperarse las balas no tardaron en aparecer. Rápidamente, Caesar me lanzó un arma desde una posición segura. A mi cuenta, salimos de nuestros escondites para disparar. Nuestros sentidos agudizados nos permitían conocer su ubicación en tiempo real. Aunque la velocidad con la que se escondían no me permitió hacer mucho. Mi concentración era absoluta, pero fue perturbada por la vibración del móvil. Fastidiado lo saqué del bolsillo y leer el nombre de Alexia me extraño demasiado. Alexia nunca me había llamado. Con curiosidad respondí el teléfono.

–¿Qué sucede?

Pregunté algo preocupado.

–Amo, el se- señor Étie-nne entro en labor de parto.

Informó algo agitada.

–¿Qué? ¿Ahora?

Pregunté.

–Sí.

–¡Aaaah!

Escuchar los gritos de Étienne no hizo más que preocuparme. Aunque pronto esa preocupación se transformó en alegría.

–¡Voy a ser padre!

Exclame saliendo de mi escondite sin importarme nada. Ante la mirada extrañada de los francotiradores y compañeros caminé hacia el auto con alegría.

–Caesar camina, tenemos que llegar al hospital.

Ordené.

–¿Qué le pasa?

–¿Acaso está loco?

Preguntaban. Con algo de vergüenza el beta camino hacia mí sin bajar la guardia.

–Oye, ¡Esto no ha acabado!

Exclamo el jefe, Iván Kirillovich Yaroslanov, saliendo de su escondite.

–Lo siento Iván, pero mi omega entro en labor de parto. No puedo quedarme mucho tiempo.

Solté con una sonrisa tonta.

–Aleksander, no te das cuenta de la situación.

Se quejó enojado.

–Claro que sí amigo– dije abrazándolo comodín nunca me hubiera intentado matar –Otro día continuamos, recuerda agendar una cita.

Añadí guiñándole un ojo. Rápidamente, subí al auto en el que el chófer nos esperaba escondido entre los asientos. Un muy buen escondite tomando en cuenta que el auto está completamente blindado. Al vernos inmediatamente se recompuso y arranco en dirección al hospital más cercano a la mansión, donde seguramente habrían ido.

...

Al llegar bajé corriendo y me acerqué a la sala de espera a preguntar. Su ubicación actúa era en la habitación Uno. Ese hermoso número que representa a los Lermontov, siempre somos los primeros en todo. Con orgullo corrí al lugar en el que mi padre, junto a los demás, esperaban pacientemente.

–Hasta que llegas. ¡Entra!

Rápidamente, Aaliyah me coloco una bata que cubría mi cuerpo y me empujó hacia el interior de la sala. Ya adentro Lev grababa todo el proceso y Étienne solo me miró con un claro dolor en su rostro. Con lentitud me acerqué y besé su mano.

–Soy su esposo.

Informe a los doctores que me miraban extrañados. Con un simple movimiento de hombros continuaron con su labor.

–¡Puja!

El omega dejó de observarme para concentrarse en su dolor. Las lágrimas caían sin detenerse y el sudor dominaba su cuerpo. Con una sonrisa lo abracé y consolé. Acción que no sirvió de mucho. De un momento a otro, los llantos incrementaron, pero, no por parte de Étienne. El pequeño Alekseý ya había nacido. Mientras el llanto sonaba, el ahora madre, no podía parar de sonreír. El doctor no tardó en darnos al bebe que se tranquilizó en cuanto los brazos del omega lo tocaron. Inmediatamente, ambos nos miramos y con toda la dulzura del mundo nos dimos un tierno beso.

–Lamento arruinar su momento, pero, nos debemos de llevar al pequeño, para hacerle unos estudios. Mañana en la mañana vendré con el acta de nacimiento para firmarla.

Informó acercándose. Entiendo algo preocupado se negó a darle al bebe, pero con uan calma inhumana el doctor le explicó todo a detalle. Aun con duda el omega soltó al niño que descansaba tranquilamente. Los demás doctores me preguntaron si quería salir, ya que, debían sacar la placenta. Al ver el rostro preocupado de mi pareja, decidí quedarme. Él ya estaba lo suficientemente preocupado. Él me necesitaba a su lado, si no, podía colapsar. O quizás no, prefiero hacerme el dramático.

Peligro RusoUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum