Обещать

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Al abrir los ojos lo primero que vi a mi pequeño omega. Dormía con una paz exorbitante. Incluso podrían explotar una bomba y él seguiría ahí como un pequeño angelito. Aunque lamentablemente pronto tendría que interrumpir su sueño. Aunque antes de eso, decidí escribirle a Adrien. Al encender el teléfono una bomba de mensajes inundaron la pantalla. La mayoría pertenecían a mi mejor amigo que me preguntaba de maneras muy groseras porque no había ido a la universidad. Para no despertar a Étienne, me levante y camine hacia la ventana.

-Hola.

Saludé con seriedad.

-Tu maldito imbécil, ¡¿Dónde demonios estás?!

Grito.

- Tuve que volver a Rusia de imprevisto. Mi padre está muriendo.

Explique.

-Oh... lo siento mucho.

Dijo.

-Está bien.

Hablé.

-De hecho, no solo te llamé para saber como estabas. - hizo una pausa y soltó un suspiro. -El omega con el que chocamos el otro día, Étienne estestásaparecido. Su familia ha ido a la universidad a interrogarnos con la policía.

Explicó. No me esperaba menos de unos padres amorosos y sobre protectores como ellos. Aunque eso no era lo más importante, el tono utilizado por Adrien me delataba que sospechaba de mí. Él conocía sobre mí familia y sabía de lo que era capaz. Asi que espere pacientemente a que hablara.

-¿Dónde está?

Pregunto, como era de esperarse. Ante tal pregunta no pude evitar reírme. No sabía que había sido tan obvio. Ante la pregunta miré al omega que observaba atentamente nuestra conversación. Hace un minuto se había despertado y más al escuchar mi notable francés. Sabía que estaba hablando con alguien de su país y eso lo había puesto alerta.

-¿He sido tan obvio?

Pregunté acercándome para acariciar su rostro.

-¡Diablos Aleksander! - exclamo al escuchar mi repuesta -Tienes suerte de que los policías no te conozcan tanto como yo, porque si lo hicieran ante acusarían sin dudarlo.

Aseguró enojado.

-Tranquilo, lo estoy cuidando bien. Ya mismo tengo que bajar a desayunar. Te dejo antes de que mi padre suba a buscarme.

Me despedí y colgué la llamada sin esperar la respuesta. Al ver la clara curiosidad que tenía supe cuál sería su próxima pregunta.

-Era mi mejor amigo.

Me adelanté. Durante unos segundos guardo silencio y luego procedió.

-¿Puedo hablar con mi familia? Prometo que no les diré mi ubicación. Solo quiero que sepan que estoy bien.

Rogó.

-Mejor hagamos un trato. Cuando nuestro primer hijo nazca te permitiré llamarlos y les dirás que retiren la denuncia. Después cuando Adrien me confirme que fue retirada y el bebé cumpla la edad suficiente para viajar, iremos a visitarlos. ¿Trato?

Pregunté. Étienne lo pensó durante unos segundos para finalizar con un leve asentimiento. Ante la gran noticia no pude evitar sonreír. El golpe en la puerta no interrumpió. Este fue seguido por los gritos de mi hermana Aaliyah que nos avisaba que ya todos nos estaban esperando. Rápidamente, le di a mi acompañante unas prendas que había preparado desde la noche anterior mientras el contrario dormía. Al ambos estar listos, bajamos las escaleras agarrados de la mano. Entramos al comedor y tomamos nuestros respectivos lugares. Él mío se encontraba en el tope de la mesa, por ser el alfa de la casa ahora que mi padre no está capacitado y el de Étienne se encontraba a mi derecha.

-Buen provecho familia.

Dije para llamar la atención de los presentes, que no dejaban de mirar a mi omega, incomodándolo en el acto. Inmediatamente, todos empezaron a comer con seriedad, aunque disimuladamente le echaban un vistazo. En cambio, mi padre lo miraba sin ningún tipo de disimulo.

-¿Cómo te llamas?

Pregunto con seriedad. Pude notar como el omega lo miraba con curiosidad mientras se tensaba. Pues indudablemente, no era ruso...

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora