— Lo haré —Jeon quiebra el silencio con una sonrisa dulce—. Gracias por tener eso en consideración. No eres tan idiota después de todo.

— Hey.

Se mofa y vuelve a reclamarme. Sus labios son igual de melosos como recuerdo, esa textura inocente, besos delicados, apenas acumula saliva. Es agradable. Por lo general las personas tienden a ser mucho más morbosas y atascadas, pero él es apasionado a su curiosa manera. Besa profundo, muerde, pero no es precisamente un beso húmedo. Me agrada.

— ¿Puedo hacerte de todo? —inquiero coqueto—. ¿Marcarte? Por ejemplo.

— Hazlo —Me anima sonriente—. Me genera curiosidad el qué harías conmigo estando a tu disposición.

Vale... en otras circunstancias eso hubiese sido atractivo.

— Interesante —Es lo único logro comentar retirando lo poco de ropa que le sobra—. No te conocía así.

— No te acostumbres mucho.

Ah, tan encantador y ácido como siempre.

De imprevista él me sujeta del cuello y me tumba en el sofá, pero ahora colocándose encima mío. Hay sorpresa notoria en mis ojos ya que no espero que tome el control de esa forma, pero me dejo seducir por su hambruna. Me despoja de mi ropa y cuando menos lo espero, una cálida sensación y escalofrío exquisito me recorren la espina dorsal.

— Ah... —suspiro al sentir su lengua rozando contra mi erección apenas acariciando con su punta. Llevo mi brazo a mi rostro para cubrirme mordiendo mis labios con párpados apretados, carajo.

El cosquilleo se vuelve intenso, pero una sensación cálida me abarca en su totalidad. No es tosco ni agresivo, siquiera hay prisa de por medio. Sabe lo que hace. Un gruñido ronco brota de mi garganta cuando su lengua envuelve mi glande y traza lentos movimientos de arriba a abajo ejerciendo sutil presión con sus labios. Me siento en las nubes de formas muy literales.

Acaricio su cabello para ayudarlo con el ritmo brindando caricias sobre su cabeza. Él jadea en respuesta con aprobación enviando zumbidos en el proceso. Se separa para poder verme a los ojos y lamer y mierda... soy capaz de correrme con esa imagen. Jalo de él para que pueda besarme y sentir la calidez de su boca otra vez, gruñe en respuesta, pero no demora en corresponder sujetando con la zurda mi entrepierna para poder masturbarme. Jodida gloria, hasta su tacto es perfecto.

No me veo en capacidad de aguantar mucho más, las ansias me exprimen la cordura por dentro. Incluso me siento incapaz de creer que esto está sucediendo, sus dedos rasguñan mi piel y yo empiezo a brindar besos y chupetones por toda su anatomía. Mis dientes tironean buscando más de aquellos gemidos quebrados que libera, no son muy agudos, pero sí tímidos. Muerdo, muerdo, muerdo, me siento en descontrol probando cada centímetro de su piel, cuello, torso, clavículas, brazos, hombros, como si quisiera absorber todo de él.

— Tae... —Mi nombre es suspirado de sus labios volándome la cabeza con mayor intensidad que una escopeta.

A la mierda.

Permito que nuestras pieles se acaricien cuando yo me vuelvo a colocar encima suyo acorrándolo debajo mío. Mis besos desciendes por lo largo de su anatomía acariciando mi lengua su cadera y pubis, su piel es perfecta, incluso el aroma que desprende tan pulcro y fresco explota mis sentidos. No lo dudo cuando mi lengua aprieta contra aquella sensible zona arrancándole un gruñido que lo lleva a sujetar mi cabeza.

— E-espera, me da algo de vergüenza —murmura.

Por supuesto lo paso de largo y me permito devorarlo. Al menos en este momento mi cabeza no se enfoca en otra cosa que no sea él. ¿Qué estará pensando? ¿Le gustará? Yo creo que sí debido a su erección creciente. Es incluso deprimente que no sea bisexual, tiene un buen tamaño, complacería a bastantes chicas.

INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( CORREGIDA )Where stories live. Discover now