— ¡Jimin! — Exclama alegre mi mejor amigo, me es inevitable no sonreír—. ¿Llegaste?

— Por supuesto —Menudo alivio—. ¿Crees que pueda ir contigo?

Jungkook libera una risita del otro lado. Hay un pequeño silencio hasta que finalmente habla, provocando que sonría. Diablos, lo extrañaba en demasía.

— Puedes venir de una vez, mi padre salió a una reunión de trabajo.

— ¿Estás seguro? —inquiero con un tono sospechoso.

— Muy. ¿Por qué?

— Curiosidad —Me aferro a mis maletas suspirando en calma—. Te veo allá en veinte minutos, más te vale tener una buena pizza a mano y unas cervezas, hay mucho que debo contarte.

— Digo lo mismo —Hay cierta emoción en su tono—. Saldré a comprar cervezas con mi identificación falsa, ¿crees que sirva? Aún no saco la actual.

— Técnicamente ya tienes dieciocho, da igual. Tú ve.

— Más te vale que sea jugoso el chisme que me traes — Bromea.

— Oh, no tienes idea.

Jungkook ríe y cuelga tras decirme que me quiere. Me aseguro de apresurar mis pasos hasta alcanzar la gran casa de mi mejor amigo y olvidar (si era posible), lo que había escuchado al llegar a la mía, porque francamente dudo que algún día lo vaya a superar. Mi madre se acuesta con su padre; no me encuentro sorprendido, pero es confuso.

Toco el timbre y espero hasta que la puerta se abre y aparece el sonriente castaño con dos cervezas a la mano.

— ¡La hora feliz es de una a tres! — Alarga agitando ambas cervezas.

— Eres un idiota — Comienzo a reír—. Ven y dame un abrazo.

Jungkook deja las cervezas de lado y al instante se prensa a mí estrechándome con una calidez magnífica. Cierro la puerta con mi pie llevándome adentro sin soltarlo en el proceso. Revuelve mi cabello al separarse de una forma juguetona.

— Me hiciste falta. No vuelvas a irte tanto tiempo, rubio idiota.

— Tú también me hiciste falta, narizón —Aprieto la susodicha ante ello—. Te veo alegre.

— Lo estoy —Asiente—. Vamos a sentarnos, no creo que mi padre vuelva pronto.

Vuelvo a sonreír. Deposito mi maleta en la entrada y nos dirigimos a la cocina charlando sonoro y agitados. Allí se encuentra una pizza humeante que me abre el apetito, me voy a sentar al taburete con prisa y cojo una rebanada con la boca hecha agua. Jungkook niega y me extiende la cerveza que ya está abierta.

— ¿No te daban de comer allá? — inquiere divertido abriendo ahora la suya.

— ¡Mh! — Me doy el lujo de saborear la pizza antes—. Comíamos bien pero esto, ¡mierda! — Hablo con la boca llena deleitándome del sabor—. Lo extrañaba.

— Vale, no voy a cuestionar la forma tan peculiar con la cuál te estás excitando comiendo —Jungkook agarra una rebanada haciéndome reír.

— Aunque si hablamos de fetiches, siempre podemos encontrarnos con algunos peculiares.

— ¡Park Jimin! — Exclama crispando sus ojos—. ¿Quién te enseñó todo eso? Tú eres bastante decente.

— ¿En serio? — Vuelvo a morder la pizza con una sonrisa.

— Wow, wow, wow, alto ahí —El castaño sacude sus manos—.  ¿Yoongi te enseñó todo esto?

— Y más.

INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( CORREGIDA )Where stories live. Discover now