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Es año nuevo y Miles, de algún modo, ha acabado convenciéndonos para salir esta noche. Quizás en otro momento le hubiera dicho que no, pero lo cierto es que Tristan y yo llevamos una semana entera viviendo en una especie de fantasía, y me siento tan bien que creo que soy capaz de aceptar cualquier plan siempre y cuando él esté presente.

Creí que huiría. Creí que saldría corriendo al escuchar que seguía queriéndome pero lo cierto es que, ahora que lo sé, deseo no alejarme nunca de él. Puede que anhele ser querida de verdad, que el amor sea lo único que esté buscando al fin y al cabo... y también sé que no puedo encontrarlo con nadie más que no sea él. Y creí que me costaría tanto decirle lo que yo sentía, que jamás sería capaz de hacerle saber todos mis sentimientos, pero en el momento en el que le dije que yo también lo quería... bueno, me pareció la cosa más fácil del mundo.

Y desde navidad, apenas nos hemos separado. Y cuando esa misma noche acabé en su cama, sintiéndole dentro de mi después de tanto tiempo, supe que me sería imposible marcharme. Fue la manera en la que pareció tan desesperado por saborear cada parte de mi cuerpo, la forma en la que sus dedos me acariciaron, como si nunca pudiera tener suficiente de mi, o como, en el momento en el que se introdujo en mi, me susurró una vez más que me quería.

Nadie jamás me ha tocado como él. Nadie nunca me ha hecho disfrutar así. Ni si quiera había logrado disfrutar del sexo en todos estos años pero ahora... bueno, ahora no sé si voy a poder volver a vivir sin ello. Sin Tristan.

Así que, estos días han sido como un sueño del cual ninguno queremos despertar; pasamos los días juntos y las noches aún más. Creo que Tristan aún tiene miedo de que me marche, pues en ocasiones se aferra a mi como si fuera la última vez. Supongo que una parte de él no cree que mis palabras, no cree que vaya a quedarme... y lo cierto es que no puedo culparle. Yo tampoco confío demasiado en mis palabras.

Pero sé que quiero quedarme. Y sé que, por el momento, no voy a ir a ninguna parte.

Los tres vamos en el coche y es Miles quien conduce; parece bastante contento por haber aceptado su propuesta de salir a tomar algo, aunque más bien creo que es porque va a encontrarse con un chico con el que lleva un tiempo hablando.

-¿Cómo se llamaba? -le pregunto, cuando nos está contando que el último encuentro que tuvo con él no fue del todo bien.

Miles me mira con cierto disgusto.

-¿Acaso me escuchas cuando te hablo, Olivia? -pregunta y veo como Tristan a mi lado reprime una sonrisa.

-Bueno, es imposible mantenerse al día de tu vida romántica. Me hablas de tantas personas que ya he perdido la cuenta -me quejo y él parece aún más indignado.

-Creí que estabas con la chica esa que conociste en el gimnasio -añade Tristan, con cierto aspecto pensativo y creo que lo hace sobre todo por seguir metiéndose con Miles.

-Obviamente ya no estoy con ella, lo sabríais si me escucharais -responde él y yo tampoco puedo evitar sonreír.

-Si que te escuchamos, Miles -le aseguro.

-Bueno, quizás me escucharais más si no estuvierais tan pendientes el uno del otro todo el rato.

Mis mejillas se ponen rojas pero ni si quiera me importa porque sé que tiene razón y la carcajada que Tristan suelta suena tan bonita y sincera que yo tengo que unirme a ella.

-Oye, pero está bien, lo entiendo... solo que es molesto a veces, ¿sabéis? -sigue diciendo y yo no me molesto en contestar, tan solo me hundo más en mi asiento, todavía sonriendo, mientras Tristan le dice que es un idiota, a pesar de que él sabe tan bien como yo que nuestro amigo está en lo cierto.

Entre las flores te espero.Where stories live. Discover now