Epílogo

67 6 0
                                    




Y si mis deseos se hicieran realidad, hubieras sido tú [...] Pero habría sido bonito, si tú hubieras sido el indicado.

Taylor Swift - The 1

Unos cuantos meses después.

Cuando salgo de la clase, hace tanto frío en la calle que tengo que ponerme la bufanda, esa que tan solo había traído por si acaso. Comienzo a andar, dirigiéndome hacía casa, hacia mi piso. La tarde está nublada y hace ya varios días que no sale el sol.

Espero a que el semáforo se ponga en verde y, cuando lo hace, cruzo el paso de peatones; el aire golpea mi rostro con cierta fuerza y siento un gran alivio cuando por fin entro en el portal.

Creo que nunca llegaré a acostumbrarme al frío.

Voy hacía el buzón, esperando tan solo encontrar algo de publicidad que acabaré tirando a la basura... pero no es eso lo que encuentro.

Hay una carta.

Un sobre blanco con el sello de Valenia.

Y el nombre de Tristan esá escrito en ella.

La carta se cae de mis manos, como si tan solo el haber leído su nombre me hubiera vuelto débil... y, es que, así ha sido. Creo que nunca dejará de tener ese efecto en mi, no importa el tiempo que pase; le entregue mi corazón una vez y supongo que lo hice con la condición de que nunca me lo devolviera.

Así que, vuelvo a coger el sobre y subo corriendo hacia casa, porque no puedo esperar a abrirlo.

Entro por la puerta y tiro la bufanda al suelo, ahora tengo tanto calor que tengo que ir corriendo a abrir las ventanas. Paso por delante de las fotografías que he colgado en mi salón; las paredes antes habían estado vacías pero ahora se encuentran llenas de recuerdos, de momentos bonitos que no quiero olvidar. En algunas están mis padres y en otras Anne con los demás. Por supuesto, también aparece Tristan, tanto su versión joven como la actual. Y a todos éstos se suman los rostros de Joe, Rita y Miles.

La verdad es que me hacen sentir menos sola; como si, de esta forma, supiera que soy querida en algún lugar, que hay personas a las que importo.

Y tengo que tomarme unos cuantos segundos antes de comenzar a leer pues, tan solo ver la irregular y pequeña letra de Tristan, ya ha hecho que mi pulso se acelere. Me parece gracioso el hecho de que siga teniendo la misma letra que cuando tenía diecisiete y tan solo imaginarlo concentrado, intentando escribir de la mejor manera posible para que a'si se entiendan todas sus palabras, me hace sonreír.

Así que comienzo a leer.

Hola, Olivia.

Quizás te parezca raro que te esté escribiendo y espero que no esté cometiendo un error al enviarte esto, pero... bueno, supongo que no he podido evitarlo. Descubrí tu dirección hace un tiempo, fue Miles quien me la dio pero, no te enfades con él, pues tan solo quiso ayudarme.  Llevo meses escribiéndote cosas que nunca llego a enviarte y creo que ahora he reunido el valor suficiente para hacerlo. No te pido que me respondas de vuelta y ni si quiera te pediría que leyeras el resto de la carta, pues creo que te estoy escribiendo esto de manera egoísta pues es algo que, simplemente, necesito hacer. Por mi, para sentirme mejor.

Espero que las cosas te estén yendo bien en la ciudad y espero que el sol esté saliendo todos los días, porque sé bien lo poco que te gustan los días nublados.

Creo que te gustaría estar al corriente de todas las cosas que han pasado desde tu marcha, aunque quizás esto tan solo sea una excusa que estoy creando para así enviarte esta carta.

Así que, allá voy:

Anne está esperando un hijo, aunque supongo que eso ya lo sabes. No para de acariciarse la barriga y, el otro día, le puse una de las canciones favoritas de tus padres y ella juró haber sentido una pequeña patada. Eso me hizo feliz y sé que a ti también te haría feliz saberlo.

Esther está ayudando a Anne con todo y está convencida de que sus hijos serán mejores amigos. No me cabe duda de que será así.

No sé muy bien que está sucediendo con Ross y Layla pero han comenzado a ir agarrados de la mano a todas partes, lo que me parece bastante bonito. Quiero decir, ya era hora, ¿no?

Salgo con ellos una vez a la semana; vamos al bar de Ross y pasamos ahí el rato. También han conocido a Miles y creo que los cuatro están un poco enamorados de él, aunque supongo que a todos nos pasa lo mismo al conocerlo. Nos acordamos mucho de ti, tienes que saberlo.

Y hablando de Miles: le encantó la guitarra de tu padre. No se separa de ella. Cuando la toca, durante un momento, casi creo verlo a él... aunque, si somos sinceros, tu padre no era tan bueno con ella. Miles dice que echa de menos los paseos en bici contigo y no para de hablar de lo increíble que eres. Te echa de menos. Comenzó a salir con una chica nueva pero, al parecer, tampoco salió bien... no se lo he dicho pero creo que aún sigue enamorado de aquel chico con el que se fue en año nuevo. Me pregunto que es lo que les habrá pasado, pero él nunca quiere hablar de ello.

Rita sigue con sus dulces; ha aprendido nuevas recetas y está deseando que las pruebes. Siempre me pregunta si creo que te gustará esa nueva tarta que ha creado y yo le aseguro que sí, que tan solo te gustará porque lo ha hecho ella. Ha estado un poco desanimada estos días y creo que es porque se acuerda de su hija... aún le cuesta hablar de ello. Intentamos animarla todo lo que podemos aunque ambos sabemos que, en ocasiones, no pasa nada por estar un poco mal de vez en cuando, siempre y cuanto sepas que no tiene que ser eternamente.

Joe nos contó que estás asistiendo a clases de cocina y no te haces una idea de lo orgulloso que se siente; dice que le has prometido que nos enseñarías todos esos platos nuevos que estás aprendiendo y lo cierto es que ninguno podemos esperar. Dice que no le divierte tanto cocinar y que echa de menos hacerlo contigo y sé que, de vez en cuando, os escribís y eso me pone muy contento. Me alegro de que puedas contar con él y que él pueda contar contigo.

Por cierto, tienes que saber que le he hecho un nuevo tatuaje y me da algo de miedo porque creo que ya no va a parar nunca.

Y creo que también tienes que saber que te echo de menos, Olivia.

El mundo no se detuvo cuando te marchaste pero lo cierto es que, a mi, los días me pesan un poco más desde entonces, como si me costara seguir el ritmo a todo. Y supongo que, ahora que te estoy hablando de mi, tengo que decirte que estoy bien. Me está yendo bien sin ti, de verdad, pero sé que me iría mucho mejor contigo. No te puedo mentir.

A veces pienso en el día en el que te fuiste y trato de imaginar otro final, trato de hacer las cosas distintas. Creo que debería haber luchado más y, de vez en cuando, me gusta atormentarme con ese pensamiento, con el que no hice lo suficiente. Te mentí esa noche, mentí cuando te dije que entendía lo que estabas haciendo... porque, en aquel momento, no lo hice. Pero quise que te fueras tranquila. Sin embargo, ahora creo que lo entiendo; no hubiera querido que te quedaras tan solo por mi. Quiero que estés bien y, una vez que lo estés, desearía que siguieras queriendo estar conmigo. Pero quiero que tú seas tu primera opción, no puedo serlo yo. 

Y espero que estés consiguiendo ser feliz por tu cuenta y que por fin te estés dando cuenta de que mereces esa felicidad. Mereces una vida llena de cosas buenas, Olivia, y espero que acabe sucediendo y que tú dejes que ocurra. Eso me haría feliz a mi también.

Por último, me gustaría hablarte de las flores: creo que cuidar de ellas hace que me sienta más cerca de ti y tan solo quería recordarte que tienes que volver para verlas, porque lo prometiste, ¿recuerdas? No importa cuando lo hagas; puedes tardar meses o años, tómate todo el tiempo que quieras, yo seguiré cuidándolas y seguiré aquí.

Así que vuelve, Olivia, vuelve por las flores y vuelve también un poco por mi, porque creo que debo decirte que, no importa el tiempo que pase, siempre vas a ser tú.

PD: te dejo una fotografía del jardín para que la cuelgues en tu salón. Las flores están casi tan bonitas como tú.

                    Con mucho cariño, Tristan.

Entre las flores te espero. TERMINADA Y DISPONIBLE EN FÍSICOHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin