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Anne ni si quiera parece sorprendida cuando termino de hablar.

-¿Por qué parece que te lo esperabas?

-Pues porque me lo esperaba, Olivia -responde y veo que está sonriendo -. Quiero decir, creo que era cuestión de tiempo. Estaba claro que tú y Tristan volveríais a estar juntos.

-No estamos juntos, Anne. Tan solo nos hemos besado.

-Bueno, sí... pero tú quieres besarle otra vez, ¿verdad? -No soy capaz de responderla. Quizás porque desde que ocurrió, no he podido pensar en otra cosa que no sea Tristan y sus labios.

Ella se echa reír ante mi silencio.

-Ni si quiera sé por qué te cuento todo esto.

-Porque soy tu mejor amiga -asegura, sin ningún tipo de duda. Y quizás unas semanas atrás hubiera pensado que eso no era cierto, que yo no tenía ninguna amiga. Pero ahora, mirando a Anne, recordando la manera en la que nos hemos reído hace un rato, como he corrido a contarle lo ocurrido con Tristan, como he estado deseando escuchar su consejo y simplemente sentir su apoyo, me doy cuenta de que no es cierto.

-Sí, tienes razón -respondo al final, siendo totalmente sincera, y veo como su mirada se ha iluminado un poco, quizás no esperando esa respuesta.

Hemos ido a tomar un café a la cafetería que visitábamos de adolescentes, cuando salíamos del instituto y tan solo queríamos alargar más el tiempo juntas. Y está prácticamente igual. Resultaba curioso como las cosas cambiaban tan poco en este pequeño pueblo.

Hablamos un poco de todo; de su boda y los preparativos que la tienen loca, de la tienda, de Tristan y de mis planes, los cuales aún sigo sin tener muy claros.

-A mi me gustaría que te quedaras aquí -dice, y no es la primera vez que lo hace.

-No es tan sencillo, Anne.

-¿Por qué no? Me dijiste que te habían echado del trabajo y aquí tienes tu casa. No tienes por qué venderla. Además, encontrarías otro empleo rápido... aquí todo el mundo de te conoce.

Tiene razón. Sé que la tiene. Y quiero quedarme. Hacía semanas que no pensaba en mi vida en la ciudad, tan solo en mi tía, y lo cierto es que ni si quiera echaba de menos nada de lo que tenía allí. Sentía como si mi vida estuviera aquí, en este pueblo, con toda esta gente.

Pero, quizás me estoy equivocando. Quizás tan solo estoy cometiendo un terrible error porque, una vez más, sigo viviendo de los recuerdos del pasado.

-Bueno, tampoco quiero agobiarte con esto. Tienes tiempo de sobra para decidir y sea la decisión que sea, espero que podamos seguir siendo como ahora. No me gustaría que te fueras y volvieras a desaparecer.

Siento un ligero golpe en el pecho, sintiendo un gran arrepentimiento.

-No va a volver a ocurrir.

-¿Lo prometes? -Pregunta, con los ojos entrecerrados y no puedo evitar sonreír.

-Te lo prometo.

De camino a casa, pienso en ir a ver a Tristan. Le he visto a medio día con los demás, cuando he ido al restaurante a comer, pero lo cierto es que me apetece estar un rato a solas con él. Me pregunto si vendrá a verme esta noche, pues aunque no lo ha dicho, se ha despedido diciéndome que luego nos veríamos. Y entonces vuelvo a pensar en el beso y en si volverá a repetirse, si él desea tanto como yo o, por el contrario, se arrepiente de que haya ocurrido. Creo que eso me destrozaría.

Estoy cerca de cruzar el puente cuando alguien aparece por el lado izquierdo de la calle y veo como esa figura comienza a acercarse a mi. Le reconozco enseguida.

Entre las flores te espero.Where stories live. Discover now