capitulo sesentaydos

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Capitulo trece: Serene Marchuk y Narcissa Malfoy al rescate.

Me removí un poco, todavía medio dormido, y levanté la cabeza ligeramente, pero me di cuenta de que no tenía mis lentes puestos y no podía ver nada. Suspiré cansado y decidí volver a dormirme. Cuando volví a despertar, me encontraba acostado de lado, con una mano grande acariciándome el cabello con suavidad. La respiración de un hombre resonaba cerca de mí, y al extender mi mano izquierda, sentí la textura dura y plana de unos abdominales. Con un estremecimiento de conciencia, me di cuenta de que no estaba solo en la cama. La situación me resultaba familiar, pero al mismo tiempo, extraña y emocionante. Me quedé quieto por un momento, disfrutando de la sensación reconfortante de la mano que acariciaba mi cabello, mientras mi mente trabajaba para identificar al hombre a mi lado. Finalmente, con un suspiro de resignación y curiosidad, decidí romper el silencio.

—¿Quién está ahí? —pregunté en voz baja, esperando la respuesta mientras mi corazón latía con anticipación.

Me sorprendí al reconocer la risa ronca y varonil como la de Arthur. Levanté la mirada rápidamente, aunque solo veía un borrón blanco y azul debido a la falta de mis lentes.

—¿Arthur? —murmuré.

Una mano cálida se posó en mi mejilla, y sentí el roce de sus dedos contra mi piel. Me quedé allí, acurrucado junto a él en la cama, sintiendo el latido de su corazón y la suavidad de su mano sobre mi piel.

—Sí, soy yo — Respondió Arthur suavemente, su aliento cálido acariciando mi rostro. —¿Cómo te sientes, Harry? —preguntó.

— Un poco desorientado, pero bien —respondí. — ¿Esto es un sueño?

Arthur no contesto, en cambio, con un hechizo no verbal atrajo mis lentes y me los puso. Miré aturdido a mi alrededor y noté a Ron acostado en una cama cercana, con las mantas en el suelo, una mesita de noche donde descansaba un libro que seguramente Arthur estaba leyendo y más cosas que me hicieron saber que estoy en la enfermería de Hogwarts.

—¿Qué sucedió? —pregunté, mi mente luchando por reconstruir los eventos que llevaron a esta situación.

Arthur se sentó.

—Fue un enfrentamiento con alguno de los seguidores de Everett —explicó, su voz calmada. — Es normal quedar desorientado después de eso. Pero MaGgconal pensó que sería mejor si descansaran.

— ¿Y Draco? —pregunté, sintiendo una preocupación creciente.

Arthur hizo un gesto hacia un lado, señalando a Draco que aún estaba dormido, aferrado fuertemente a su mano. Observé la escena con atención, notando que Arthur no parecía molestarse por el gesto.

—Está bien, solo está descansando —respondió Arthur, con una mirada tranquila dirigida hacia Draco. — Se está enfrentando a Hyperiun de una vez por todas.

— ¿Y tú sigues aquí porque...? —pregunté tímidamente, sintiendo el rubor subir a mis mejillas mientras miraba a Arthur. — No es que te esté echando, es que ayer dijiste que no querías que-

Arthur me miró con una ceja arqueada, y antes de que pudiera terminar mi pregunta, me interrumpió con un suave beso, silenciando mis palabras. El roce de sus labios contra los míos hizo que mi corazón latiera con fuerza, borrando cualquier duda o preocupación que pudiera haber tenido.

— Nunca dije que no quería, dije que por ahora tenía otras cosas importantes por los que preocuparme, pero si no soluciono esto entre nosotros siento que la tía Serene va a matarme.  — Dijo mirándome fijamente.

 — ¿Serene? — Pregunté tontamente. Una mujer de cabello blanco rizado fundida dentro de un vestido rojo salió del baño arreglando su moño. — Oh. Hola, señora Serene.

🍃Como debía de ser 🌿| Harry Potter y Draco Malfoy.[1]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon