🍃Como debía de ser 🌿| Harry Potter y Draco Malfoy.[1]

Capitulo cincuentaynueve

Capitulo diez: Sombras y Tensiones

(Ronnie)

Desperté repentinamente en medio de la noche, con el suave brillo de la luz de la luna filtrándose por la ventana de la torre de Gryffindor. La habitación estaba envuelta en una penumbra plateada, dando un aspecto misterioso y tranquilo al lugar. El suave ronquido de algunos de mis compañeros de casa resonaba en el aire, creando una atmósfera de paz y tranquilidad.

Me moví ligeramente en mi cama, sintiendo el suave roce de las sábanas de color rojo escarlata que cubrían mi cuerpo. Estaba agradecido por el calor reconfortante que me brindaban en medio de la noche fresca de Hogwarts. Sin embargo, mi comodidad se vio interrumpida cuando noté un peso adicional a mi lado.

Al girarme para investigar, me encontré con la figura de mi hermano menor, Arthur, acostado junto a mí. La luz de la luna iluminaba ligeramente su rostro, revelando una expresión tranquila y serena en su sueño. Me invadió una sensación de desconcierto y preocupación al verlo allí, en mi dormitorio de Gryffindor en medio de la noche.

—Arthur, ¿qué estás haciendo aquí? —murmuré, pero no hubo respuesta. Solo el suave murmullo de su respiración llenaba la habitación.

La torre de Gryffindor estaba sumida en un silencio casi total, interrumpido solo por el suave susurro del viento que se filtraba por la ventana entreabierta. El tiempo parecía detenido en ese momento, como si el mundo entero estuviera suspendido en un momento de calma y tranquilidad.

Me senté ligeramente en la cama, sintiendo la suave presión de las almohadas detrás de mí. Miré a mi hermano dormido a mi lado, preguntándome qué lo había llevado a mi habitación en medio de la noche. Quería preguntarle qué estaba pasando, pero el cansancio me envolvía como una manta cálida, haciéndome sentir cada vez más somnoliento.

Con un profundo bostezo, decidí que podía esperar hasta la mañana para obtener respuestas. Me recosté nuevamente en mi cama, permitiendo que la tranquilidad de la noche me envolviera una vez más. Con Arthur abrazándome y la suave luz de la luna iluminando la habitación, me dejé llevar por el sueño

Las semanas fueron pasando y Arthur se sumergió aún más en sus estudios. Su dedicación era evidente, y aunque admiraba su determinación, no podía evitar sentirme mal por Harry. A veces, notaba la mirada de Harry posada en Arthur, llena de anhelo y tristeza. Me dolía ver a mi amigo sufrir de esa manera, pero sabía que era lo mejor mantenernos alejados para no causarle más dolor.

Draco, por otro lado, se mantenía al margen de la situación, aunque de vez en cuando lo veía siguiendo a Arthur junto a Harry. Arthur parecía estar tan absorto en sus propios pensamientos que no se daba cuenta de que lo seguían, pero yo lo conocía lo suficientemente bien como para saber que estaba al tanto de su presencia. Lo había atrapado varias veces mirándolos de reojo, especialmente a Harry, y aunque no decía nada al respecto, podía sentir la tensión entre ellos en el aire.

Las horas de clase parecían fundirse en una nebulosa de tinta y pergaminos mientras Arthur se sumergía cada vez más en sus estudios. Yo trataba de concentrarme en mis propias tareas, pero mi mente no dejaba de divagar, preocupada por la situación entre Arthur, Harry y Draco.

En las noches, cuando todos dormían en Gryffindor, Arthur solía llegar a mi habitación en silencio. El suave tintineo de las campanas del reloj del colegio resonaba en la habitación mientras Arthur se deslizaba en la cama junto a mí. Su abrazo era reconfortante, pero algo en su mirada distante y perdida me preocupaba. Intentaba hablarle, hacerle preguntas, pero él simplemente no respondía.

Al despertar por la mañana, Arthur ya no estaba. La cama a su lado estaba fría y vacía, como si nunca hubiera estado allí. Durante el día, lo veía ocupado, dividiendo su tiempo entre los niños más pequeños de Slytherin que parecían admirarlo, su novio Theo, conversaciones con el tío Snape y, ocasionalmente, evadiendo a Draco y a Harry con palabras frías y evasivas cada vez que intentaban hablar con él.