🍃Como debía de ser 🌿| Harry Potter y Draco Malfoy.[1]

Capitulo seis

Sostengo la tarta de melaza en mis manos mientras Harry sostiene uno de manzana. Draco por su parte mira la de fresas en sus manos con el ceño fruncido.

-- Entonces... -- Frunce más el ceño. -- ¿Tú favorita es la de fresa?

Me encojo de hombros mientras pongo la tarta sobre la mesa. Estamos practicando nuestras transformaciones.

-- ¿Puedo comerla? -- pregunta Harry mirando la tarta de melaza. Con otro encogimiento de hombros de mi parte toma una pequeña cuchara y la prueba. -- Sabe igual. Está perfecto.

Draco toma una de las cucharas y prueba la tarta de manzana que hizo Harry. La mastica por un rato con una expresión neutra y con un pequeño asentimiento vuelve a probar otro bocado.

Harry parece feliz con su cometido y Draco pone su tarta de fresas frente a mí. Me mira con la barbilla levantada, como si me invitara a probar la mejor tarta que probaré en mi vida. Tomo la cuchara restante en la mesa y le doy un bocado. Cuando lo trago, pongo mi mano en mi barbilla y miro al techo de la sala pensativo. Draco traga saliva.

-- Está bien.

-- Por supuesto que está bien. -- Roda los ojos, pero puedo ver una pequeña sonrisa en sus labios antes de que corra su rostro hacia un lado. -- Ya son las 07:00, debemos ir al gran comedor.

Pongo las tartas sobre uno de los estantes de vidrio que la sala de menesteres nos proporcionó y sigo a los chicos hacia el gran comedor. Tenemos una rutina establecida. Todos los días nos levantamos a las 05:00 am, a las 05:47 am nos reunimos en la sala de menesteres para practicar algunos hechizos que no nos enseñan en primer año o veces como estás, practicamos cosas que aún se nos dificulta a algunos. A Harry se le dificultaban las transformaciones y practicamos los tres juntos, fue divertido.

Cuando llegamos al gran comedor hay unos pocos estudiantes, la mayoría de Ravenclaw y Slytherin. Me dirigí con Draco hacia la mesa de Slytherin mientras observaba a Harry encaminarse hacia un asiento vacío. Antes de que pudiera sentarse, un pequeño búho llegó volando y dejó una nota frente a él. Vi cómo la tomaba y la leía con una expresión seria.

-- ¿Qué dice, Harry? -- pregunté, observándolo con curiosidad.

-- Es una convocatoria del director Dumbledore. Quiere verme en su oficina ahora mismo. -- respondió Harry simplemente, arrugando la nota entre sus manos.

El ceño de Draco se frunció ligeramente, y noté la preocupación en su mirada.

-- No te preocupes, Potter. Puedes usar el anillo que te dio el padre de Arthur. Te protegerá de cualquier cosa. -- intentó tranquilizarlo.

Harry asintió, aunque su mirada seguía mostrando cierta inquietud. Se despidió de nosotros y se dirigió hacia la oficina del director. En la mesa de Slytherin, Draco y yo intercambiamos miradas significativas. Ambos sabíamos que algo estaba sucediendo, pero no podíamos hacer mucho más que esperar. A medida que se acercaba la hora de la clase de transformaciones, la ausencia de Harry comenzó a preocuparme verdaderamente.