Capitulo veinticinco

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Evito soltar un chillido frustrado al notar que Harry ha desaparecido de mi vista. Una vez más. Hermione comparte una mirada confundida conmigo y luego se encoje de hombros, quitándole importancia mientras se funde en sus estudios. Desde principios de octubre ha empezado a estudiar para los exámenes, exámenes que tenemos en diciembre.

— Ya debería ser normal para ti. Seguramente fue con Arthur y Malfoy.

—Deben estar planeando algo ¿Verdad? —Pregunto de forma cansada. Esos tres andan en un misterio. Un misterio grande.

—Es más que obvio. Aunque creo que también se guardan secretos entre ellos. —Mira la salida de la biblioteca pensativa. —A veces creo que Harry tampoco le agrada mucho estar con nosotros, pero nos tolera.

—¿Que dices? Somos amigos —Apoyo mis manos en la mesa llena de libros. No estoy muy seguro de lo que digo,puede ser verdad. Siento que esconde algo, y quiero saber que es.


Hay un montón de cartas junto a mí y aún siguen apareciendo. Cartas de todo un mes que no he abierto ni quiero abrir. Ya se lo que dirán y no tengo ganas de agobiarme más.

La sala común está silenciosa. Son las... ¿Una de la madrugada? Ya no lo sé, tampoco me importa mucho en este momento.

Leo con cuidado el nombre del remitente en las cartas. Molly Weasley.

Quisiera ser parte de otra familia. Amo a mis padres, también quiero mucho a todos mis hermanos, pero a veces dudo seriamente de que ese sentimiento sea recíproco.

Si antes era ignorado, después de que usé el auto de mi padre para venir a Hogwarts con Harry parece ser que me odian más. También está el hecho de que mi familia está cada dia más encantada con el susodicho.

La mayoría de las cartas que madre me envía son preguntando por Ginny, Harry y más Harry, pidiéndome que me haga su mejor amigo. No saben que ese puesto ya está ocupado por dos personas mas y no será fácil desocuparlos. Tampoco quiero hacerlo.

Por ejemplo hoy, he recibido un montón de esas por no querer responder.

Respiro profundamente para después  quemar la estúpida carta parlante antes de que empiece a gritar.  Me quedo sentado a los pies de las escaleras un rato más en silencio, antes de subir hacia los dormitorios y dormir.

Ese mismo día en la mañana despierto con otra bolsa de regalo sobre mi cama. Una varita nueva y un par de zapatos para mi uniforme. Tomé la varita entre mis manos y la probé, responde perfectamente a mí. Hace unos días he estado recibiendo regalos de alguien cada día al levantarme. Todavía no logro deciftar quien es.

Miré a mi alrededor, encontrándome con la habitación casi vacía, exceptuando a seamus dormido aún sobre su cama.

Me pongo de pie y meto los zapatos y la varita dentro de mi baúl, donde he guardado todos los regalos. No pienso usarlos. No es correcto.

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Camino arrastrando los pies hasta llegar al gran comedor. Es sábado, así que no tendremos clases y es día de ir a Hogsmeade, la mayoría de Hogwarts está fuera en este momento.

Al cruzar la puerta me encuentro con Arthur, quien me mira fijamente durante unos segundos antes de ofrecerme una caja de ranas de chocolate. Lo cojo sin pensar, y después de un momento palmea levemente mi hombro antes de seguir caminando.

—¡Espera! — Me sorprendo a mí mismo llamándolo. Se da la vuelta y me mira con curiosidad. —¿Irás a algún lugar?¿Te importaría si voy contigo?

Arthur aún continua mirándome con curiosidad. No se ni porqué hago esto. Es un Slytherin. Los Slytherin son malos. Pero Harry también es un Slytherin y no pienso que sea malo.

🍃Como debía de ser 🌿| Harry Potter y Draco Malfoy.[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora