Capitulo 32

99 20 2
                                    

—¡¿Se puede saber por qué demonios insistes en torturarte?! —gritó Chanyeol,
quien, harto del depresivo comportamiento de JongIn, le arrebató la fotografía que no había podido dejar de contemplar desde que habían vuelto de su viaje.

—¿Por qué no pudo ser para mí? —se quejó él, sumido en sus pensamientos mientras ignoraba a su agente y se daba la vuelta en su cómodo sofá.

—Y, ya de paso, ¿puedes explicarme por qué tuviste que entregarle tu cámara a ese doncel? —lo increpó Chanyeol indignado, tratando de que el apático fotógrafo se levantara del sofá, del que se negaba a moverse desde hacía unas semanas, por más propuestas de trabajo que pusiera delante de él.

—Porque, si no puedo fotografiarlo a él, ya no tiene ningún sentido que yo sea
fotógrafo, Chanyeol… —respondió JongIn, cambiando de postura en el sofá para mirar a su amigo.

—¿Me estás diciendo que le diste tu cámara a Kyungsoo porque piensas renunciar a tu carrera?

—Sí. Tal vez de ahora en adelante me dedique al bricolaje o a la repostería…, qué sé yo… —musitó JongIn mientras se ocultaba detrás de un mullido cojín.

—JongIn, no querría desalentarte, pero eres nefasto en la cocina y un chapuzas en el bricolaje —replicó Chanyeol, arrancándole el cojín tras el que JongIn había decidido esconderse de la conversación—. Para lo único que sirves es para la fotografía, ¡así que levanta tu culo de ese sofá y acepta alguno de estos trabajos! O, por lo menos, ve a este evento para que tu nombre siga oyéndose —pidió, tirándole con enfado la
invitación que había enviado la galería
Emelton para que JongIn asistiera como
invitado de honor ese año, en el que, como ganador de la edición anterior, le
correspondía a él entregar el premio a su sucesor.

—¡Esto es perfecto para hundir aún más el dedo en la llaga! —exclamó él airadamente tras leer el nombre del vencedor de ese año.

—Por lo menos deberías ir y disculparte con ese hombre al que tanto injuriaste en el pasado. Un baño de humildad no viene mal de vez en cuando y, ¡quién sabe!, tal vez Kyungsoo esté allí y puedas pedirle que te devuelva la cámara que estúpidamente dejaste en su habitación antes de marcharte —finalizó Chanyeol.

—Darle esa parte de mí era mi gran muestra de amor hacia él, y se lo dejé todo bien claro en una nota que coloqué junto a la cámara cuando renuncié a él.

—¿Ah, sí? —se interesó Chanyeol, que a continuación quiso saber más de ese asunto

—: Por curiosidad, ¿qué pusiste en esa nota?

—No me acuerdo exactamente, pero más o menos era algo así como que, dado que ya había conseguido lo que quería, me alejaba de él y…

—¡Hum! Espero que ese mensajito no se lo escribieras poco después de haberte acostado con él…

—Bueno, ya sabes cómo eran siempre las cosas con Kyungsoo: nunca pude resistirme a el, fuera mío o no… —interrumpió JongIn mientras se incorporaba atendiendo por una vez a las palabras de su agente.

—… Y, por supuesto, después de que le dejaras bien claros tus sentimientos antes de escribir esa nota tan imprecisa y marcharte, ya que eso es algo que sólo haría un cobarde… —continuó Chanyeol.

—¡No quería oír cómo me decía que estaba con otro, ¿vale?! Sí, huí antes de que me lo dijera… —confirmó JongIn, huyendo nuevamente, pero esta vez de su amigo.

—Pues, gracias a tus prisas por escapar de ella, has dejado en manos de un confuso doncel una nota en la que pareces decir que lo utilizaste para tus propios fines egoístas durante un tiempo hasta que te cansaste de él y lo desechaste… ¿No te das cuenta?

Sonrisas y amor en NY (Kaisoo)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu