Capítulo 16

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Finalmente, el plan que había trazado con mi primo había salido a pedir de boca y
ese hombre se estaba alejando cada vez más de mí. Aunque tal vez Luhan se había
pasado un poco, me decía mientras tocaba de nuevo el molesto chupón de mi cuello y
recibía, otra vez, una airada mirada de parte de JongIn.

Desde que había llegado esa mañana al trabajo mostrando la marca de mi cuello,
el indiferente fotógrafo que siempre me sonreía con gran despreocupación y
confianza en sí mismo había dejado atrás las irritantes bromas con las que continuamente me molestaba o los sensuales comentarios con los que intentaba perturbarme para pasar a observar con enfado y reprobación cada uno de mis gestos.

Aunque era bastante molesto trabajar con alguien que seguía celosamente cada uno de mis movimientos para gruñirme a la menor oportunidad, especialmente cuando para la sesión de ese día tenía que acercarme mucho a otro hombre, estaba seguro de que conseguiría mi objetivo: que JongIn se diera cuenta de que trabajar conmigo era simplemente imposible.

Tal vez después de eso se rendiría en su
pretensión de ser el mejor fotógrafo y admitiría su derrota. Para terminar de irritarlo y hundir un poco más el dedo en la llaga de ese insolente que se creía el mejor, posé junto al modelo tan escandalosamente como pude. No obstante, para mi desgracia, mis gestos no parecieron convencer ni a JongIn ni a su cámara de que mis intentos de seducción iban en serio.

Pero cuando me desafió orgullosamente a que sedujera al otro delante de él con una confiada sonrisa, convencido de que ese reto sería demasiado para mí, no pude evitar querer sacarlo de su error. Así pues, intenté imaginarme que el atractivo modelo que estaba junto a mí era el hombre al que deseaba. Pero eso no me funcionó, desafortunadamente, porque el único que lograba que quisiera usar mis dotes de seducción se encontraba detrás de la cámara en ese momento, riéndose de mí y de cada uno de mis torpes movimientos.

—Aún no me has seducido, Kyungsoo, ¿a qué esperas? —preguntó JongIn con malicia, contemplando mi fracaso con una sonrisa satisfecha—. ¿O es que tal vez no puedes? —añadió insolentemente, lo que provocó que mi genio saliera a relucir.

Así que, dispuesto a embelesar a ese insulso modelo aunque fuera lo último que bhiciera, lo arrastré hacia el diván del decorado, lo senté en él y yo me arrodillé a su lado, colocándole provocativamente una pierna entre las suyas. A continuación, hice que sus brazos rodearan mi cintura y que me contemplara como si sintiera adoración por mí.

No obstante, mi seductora mirada no iba destinada al hombre que me acompañaba en esa escena, sino hacia el fotógrafo que constantemente me repetía que faltaba algo en esas imágenes. Cuando miré a JongIn recordé la noche que pasamos juntos y en un instante se desmoronó toda mi falsa fachada de doncel indiferente.

Miré al fotógrafo expresando mi anhelo, mi deseo de que fuera él el que estuviera a mi lado, mostrando con mi actitud que el hombre que se hallaba junto a mí no era el adecuado y que siempre lo necesitaría a él. Ésa pareció ser la imagen correcta, ya que JongIn comenzó a apretar el disparador como un poseso desde todos los ángulos posibles y, finalmente, tras revisar la memoria de su cámara, llegó a la conclusión de que nuestra tarea había finalizado.

Al acercarme a él para observar las fotos que había tomado, vi que en ellas tenía la apariencia de un frívolo doncel que saltaba de un hombre a otro y que, no bastándole el que tenía a su lado, buscaba a su próximo amante con la mirada. Y, aunque eso era lo que había pretendido aparentar delante de mi fotógrafo, no me agradó ver esa imagen de mí.

Un rato más tarde, cuando salí del vestuario, vi que todos habían desaparecido del estudio, todos excepto JongIn, así que me dirigí con paso decidido hacia la salida muy seguro de que en esa ocasión había logrado ahuyentarlo para siempre de mi lado. Sin embargo, él me agarró de la mano e, impidiendo que me marchase, acarició acusadoramente la marca de mi cuello mientras susurraba en mi oído.

Sonrisas y amor en NY (Kaisoo)Where stories live. Discover now