Capítulo 15

79 12 1
                                    

—¡Hazme un chupón! —le pidió Kyungsoo a su primo mientras irrumpía en su
desordenado y pequeño apartamento de Brooklyn sin molestarse siquiera en saludar.

—¡Joder, no creí que estuvieras tan falta de cariño! Si solamente han pasado dos semanas desde la última vez que viste a tu fotógrafo… —replicó despreocupadamente Luhan desde el cómodo sofá en el que se hallaba sentado sin dejar de observar la entretenida revista que tenía en las manos.

—No, no lo comprendes: mi agente no me ha hecho caso y ha desaparecido. ¡Y el de ese obtuso sujeto también, como si ambos se hubieran puesto de acuerdo para fastidiarme! Así que ahora soy yo el que tiene que tratar personalmente con JongIn, quien, a pesar de que le dije claramente que todo había terminado entre nosotros, ha tenido el descaro de informarme de que mañana tendré que ir a trabajar con él.

—Vale, hasta ahí te sigo, pero ¿para qué el chupón?

—Para dejarle claro que lo nuestro sólo fue un desliz que no se repetirá. Tal vez deje de insistir si cree que tengo a alguien. Además, con eso me aseguro de fastidiarle las fotografías de mañana.

—¿Y por qué no haces lo más racional y te buscas a un hombre con el que olvidarte de ese fotógrafo? —inquirió Luhan sin mucho interés mientras seguía ojeando su revista con indiferencia.

Pero, ante el silencio que recibió por respuesta, no pudo evitar saltar cuando llegó a la conclusión más obvia sobre por qué su primo le pedía nuevamente ayuda.

—¡A ti te gusta el fotógrafo! —lo acusó airadamente mientras se levantaba a toda
prisa de su cómodo sofá y la señalaba con un dedo.

—¡No! —contestó Kyungsoo rápidamente, tal vez más rápido de lo aconsejable para que su respuesta pareciese sincera—. Bueno, tal vez un poquito… —confesó finalmente al ver el ceño fruncido de Luhan.

—¡Ven aquí! —ordenó su primo furioso mientras veía cómo el retrocedía ante
su brusco avance.

—¡¿Qué narices vas a hacer?! —preguntó Kyungsoo mientras huía del enfadado
rostro de Luhan al tiempo que empezaba a reconocer que tal vez no había sido buena idea pedirle ayuda en esa ocasión.

—¡Nada que tú no me hayas pedido! —contestó Luhan mientras lo perseguía por su apartamento.

* * *

Decir que estaba furioso era poco. Más bien, la sangre me hervía llena de unos irracionales celos al ver que el doncel que me había esquivado durante dos semanas se presentaba finalmente ante mí con la marca de otro en su cuerpo. La marca más
exagerada que había visto en mi vida, por cierto, que me mostraba que el hombre que Kyungsoo había elegido para sustituirme era un amante exigente que tal vez le habría enseñado todo aquello que yo quise dejar para más adelante.

Pensé que cuando volviera a verlo lo halagaría con dulces palabras, bromearía con el sobre nuestros malentendidos y, finalmente, cuando no quedara ningún enredo entre nosotros, conseguiría hacerlo caer de nuevo en mis brazos. Pero en esos momentos no me nacían las dulces palabras hacia ese doncel.

—¡Ponte allí! —le exigí. Y, una vez más, mi mal genio salió a relucir mientras le indicaba a Kyungsoo el lugar donde debía colocarse junto a ese guapo modelo que los organizadores de la campaña habían elegido para reflejar la imagen de una apasionada pareja, en la que Kyungsoo debía llevar las riendas de una supuesta seducción.

Se trataba de un trabajo que en un principio no me había importado aceptar, pero que ahora me molestaba infinitamente: que en las fotos tuviera que salir con otro hombre me perturbaba. Que en ellas Kyungsoo tuviera que adoptar poses seductoras frente a ese modelo me irritaba.

Sonrisas y amor en NY (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora