Capitulo 26

65 11 3
                                    

Cuando desperté desnudo junto a JongIn, no me podía creer que hubiera caído, ¡de nuevo!, en el error de acostarme con él. Por unos minutos me negué a abrir los ojos y simulé estar dormido para ver si él se comportaba por una vez como ese profesional que tanto aseguraba ser y se marchaba de la habitación para preparar su trabajo y darme el espacio que necesitaba en esos momentos.

Aparentando que todavía dormía profundamente, me moví haciéndome con un espacio mayor en la cama y, cuando noté que él se acercaba a mí, le propiné una impetuosa patada con la que lo arrojé al suelo, a juzgar por el estruendoso golpe que se oyó.

Sonriendo ante la imagen que representaba ese orgulloso sujeto caído desnudo a mis pies, me estiré ocupando todo el colchón para que JongIn captara la indirecta de que ya no había lugar allí para él. 

Y, sin dejar de apretar fuertemente los párpados, seguí disimulando y fingiendo que estaba dormido. No obstante, para mi desgracia, él siempre sabía cómo contestar a mis jugarretas, y finalmente me vi obligado a abrir los ojos al sentir el frío procedente del aire acondicionado azotando mi cuerpo cuando él me arrebató las sábanas que ocultaban mi desnudez y justo después de oír el característico clic de una cámara fotográfica.

Asombrado, me di cuenta de que ese pervertido estaba tomándome fotografías desnudo. ¿Que estás haciendo? ¿Y qué hace esa cámara en mi habitación? —interrogué airadamente mientras ocultaba mi cuerpo detrás de una gran almohada, lo único que quedaba en la cama para ocultar mi desnudez.

—La he traído de mi habitación mientras dormías. Pensaba pedirte permiso para sacarte unas cuantas fotografías esta mañana, pero como tenías un sueño tan profundo, me he tomado la libertad de plasmar esa hermosa imagen con mi cámara —respondió JongIn socarronamente, mostrándome una ladina sonrisa que indicaba que sabía desde el principio que yo fingía estar dormido, sin dejar en ningún momento de tomar decenas de fotografías de mí.

—¡Tienes totalmente prohibido fotografiarme fuera del horario de trabajo, y más aún tomar imágenes mías desnudo!

—¿Por qué? Si tú me has fotografiado a mí en todo mi esplendor… —me recordó mientras señalaba burlonamente su desnudez, haciendo que la única parte de su cuerpo que quedara oculta fuera su erecto miembro detrás de la gran cámara que colgaba de su cuello—. 

Si quieres, cuando termine, te dejo coger mi aparato de nuevo y hacer lo que quieras con él —añadió con descaro, dejándome claro que su propuesta no carecía de un doble sentido.

—¡Dame eso ahora mismo! —le ordené, extendiendo una mano para que ese insensato depositara en ella su cámara y yo pudiera borrar las pervertidas fotografías que me había hecho.

Pero, cuando vi lo que ese energúmeno ponía en mi mano, la retiré ofendido y pasé a golpearlo una y otra vez con el gran almohadón con el que cubría mi cuerpo, sin importarme en absoluto volver a mostrarle mi desnudez.

—¡No me refería a esa herramienta en concreto, sino a tu cámara, idiota! —le grité mientras lo golpeaba con más fuerza para que no le cupieran dudas.

—No especificaste qué querías, y esta herramienta siempre está dispuesta para ti —se defendió él, burlón.

Al oírlo, decidí pegarle con más contundencia, esta vez en la cabeza, a ver si así le entraba algo de lucidez y dejaba de comportarse como un idiota, cosa que tampoco funcionó, ya que mis golpes únicamente lo hacían reír.

Continué descargando mi rabia sobre él hasta que no pude evitar sonreír por lo estúpido de la situación, lo que JongIn aprovechó para arrebatarme la almohada y aprisionarme debajo de su cuerpo, mostrándome que en ninguna de las fotos que almacenaba en la cámara aparecía desnudo.

Sonrisas y amor en NY (Kaisoo)Where stories live. Discover now