Especial Aniversario

Start from the beginning
                                    

Ellos debían saber el motivo por el cuál mis padres le pedían dinero y mis padres, en su desesperación por tener un hijo normal, les dijeron que tenían un hijo con el gen asesino. Y el viejo vio en mí todo lo que siempre quiso, el arma perfecta. Así que accedió a darles todo el dinero necesario a mis padres a sabiendas que jamás le pagarían un centavo. Porque él sabía que yo no me curaría. Porque yo era igual que él. Me mantuvo vigilado por meses, haciendo que mi odio y sed de venganza llegaran a un punto dulce. Y entonces, fue por mí.

Todo hubiese seguido su curso, quizás los Storm seguirían siendo un tabú en el país, tal vez mi familia pudo haber comenzado de nuevo, de 0, recuperado su fortuna y vivir finalmente felices, como eran antes de mi nacimiento. Pero no, ellos complicaron las cosas. Decidieron hacerle frente al viejo y ser parte de un sistema podrido y muy fácil de corromper. Inicialmente sería el viejo el que se encargaría de ellos, pero no. Mi idea fue mejor. Todos los Storm actuarían en conjunto, desaparecerían todo lo referente a ellos, sin dejar testigos. Y yo, iría con mi familia por última vez.

Entré por la puerta principal. No me molesté en tocar, yo sabía dónde tenían la llave de la servidumbre. Sabía que justo en ese momento debían estar cenando, así que fui directo al comedor y sí, allí estaban ellos. Mis padres y mis 3 hermanos mayores. No sentí nada una vez que terminé con ellos. Pero sí que sentí satisfacción, mucha satisfacción cuando jugué a la ruleta rusa con todos ellos. Sentía algo inexplicable cada vez que suplicaban que les perdonara la vida. Ese algo crecía más y más cuando lloraban y gritaban de terror mientras me acercaba y presionaba la punta del arma en sus cabezas.

Y cuando finalmente escuchaba las detonaciones y los gritos de dolor y agonía de los que iban quedando vivos, lo supe. Supe que no pararía allí. Supe que querría seguir infringiendo dolor solo para sentir lo mismo, ese gozo, ese... Placer. Cuando terminé con ellos, no me molesté en cambiarme. Salí de esa casa bañado en su sangre, con mi arma en la mano y con un objetivo claro en mente: Volver a sentir.

Desde entonces, me concentre en aprender más sobre mi propia naturaleza y perfeccioné mis instintos. Utilicé mi agilidad y destrezas físicas entrenando diariamente, fortaleciéndome para infringir mucho dolor. Al darme cuenta sobre la increíble memoria que poseía, estudié un poco sobre cosas que me llamaran la atención y con ayuda del viejo, ingresé en una de las mejores universidades del país. Fui astuto, inteligente, vil. Utilicé mi notable buen físico para atraer a las mejores presas y generarles tanto sufrimiento como fuera posible para aumentar mi placer.

Y cuándo pensé que nada más podría llamar mi atención, apareció ella. Esa niña astuta, lista y maquiavélica que me recordaba tanto a mí. El viejo la tenía en la mira mucho tiempo antes que su madre nos contactara para pedirnos dinero. El que Amanda, su madre, diera con nosotros para pedir un préstamo no fue algo fortuito. El viejo convenientemente había dejado pistas sobre sus préstamos a las personas adecuadas para que, finalmente, Amanda nos buscara. Tabitha estaba destinada a pertenecer a los Storm. Fue el blanco del viejo desde que la vimos esa mañana en el polígono de tiro con su nana.

En sus ojos estaba lo misma chispa que teníamos el viejo y yo. Ella tenía esa sed, pero la reprimía y vaya que tenía tremenda habilidad para aparentar ser normal. Ese fue otro de los tantos aspectos que llamaba tanto la atención del viejo. Ella podía pasar inadvertida, pero con el entrenamiento adecuado, acabaría con centenares de personas. Quise acercarme muchas veces antes del primer encuentro formal con ella, pero el viejo no lo permitió. Él, como siempre, sabía que ella había llamado mi atención. Y sabía también que al acercarnos, ambos nos íbamos a destruir.

Ahora que lo pienso, mi vida fácilmente puede ser contada en tres partes. La primera, cuando era un Espínola y vivía torturado todos los días. La segunda, cuando fui un Storm y me forjé mi propia reputación como uno de los asesinos más temidos del continente. La tercera... Después de conocerla a ella. Y es que después de conocerla, todo lo que había aprendido se volvió confuso. No podía controlar mis impulsos con ella, porque ella sacaba lo mejor y lo peor de mí.

Era como si mi cerebro hiciese cortocircuito mientras Tabitha estaba en mi campo visual. Y todo volvía a la normalidad cuando ella estaba lejos. No sé si era su presencia, su aroma, su risa, su mirada, su aura. Algo en ella me descontrolaba, pero también me hacía sentir lo mismo que los gritos de agonía, la sangre en mis manos o el dolor que yo causaba en las personas. Me hacía sentir placer. Tal como yo lo veo, mi gen reaccionaba a ella. Y ella reaccionaba a mí.

Fui un monstruo en la vida de muchos y jamás sentí nada parecido a la pena o al arrepentimiento, salvo el día en que abusé de ella. Porque por primera vez en toda mi vida, todo mi lado primitivo se reflejó en mi piel y actos ese día. Mi mente se nubló, mi cerebro se apagó, todo dio pie a que, no Gabriel, sino Alexander Storm, tomara el control y acabara con todo a su paso. Y aunque estaba fuera de control, quería seguir. Pero cuando todo terminó y la vi... Cuando en sus ojos vi el odio y el asco que yo representaba, sentí culpa. Por primera y única vez... Me sentí miserable.

Y no justifico mis acciones, pero sí las de ella. Así que acepté todo lo que ocurrió después, desde los balazos hasta la ley del hielo que recibí de mi familia. Respeté la distancia y no me inmiscuí en su vida hasta que ella solita volvió a mí. Y lo demás... Lo demás ya ustedes lo saben. Tuve un hijo. Dominic. Y estoy orgulloso de lo que es y de lo que se convertirá cuando ninguno de nosotros esté.

Sí, mi hijo es "normal", por ahora. Porque aunque él se resista, tiene el mismo brillo que su abuelo, su madre y yo compartimos. Tiene el mismo gen... Y algo más. Pero eso será algo que él tiene que descubrir. Yo, mientras tanto, puedo asegurar una cosa de mi vida.

Fui... Pleno. Viví al extremo y al máximo hasta el último de mis días... Y aún después de la muerte, volví con quien me hacía sentir de todo aun sin ser ni tener nada. Y aunque esta sea parte de mi historia, todo gira en torno a ella... A Tabitha. A La Chica Storm. 

La Chica StormWhere stories live. Discover now