—¡Para! Por favor..., no puedo... respirar...

Dejo de hacerle cosquillas y veo su rostro sonriendo y con lágrimas en los ojos. Coloco una mano en su nuca sin dejar de verla, y entonces tiro de ella en un suave beso.

Ahí tumbados sobre la tierra fresca, no me importa ensuciarme. Lo único en lo que puedo pensar es en la sensación de sus labios sobre los míos, su pecho contra el mío, los apresurados latidos de su corazón igualando a los míos.

Si hay algo que me gusta de besarla, además de su suavidad y sabor, es la manera en que todo parece desaparecer a nuestro alrededor. Solo quedamos ella y yo, solos.

Después de largos segundos, Nai se separa de mí con el rostro acalorado y ojos brillantes.

—Wow —susurra.

Yo río y la atraigo con rapidez a otro beso antes de ponerme de pie y tirar de ella a la misma posición.

—La naturaleza puede hacer cosas mágicas.

—Sí, claro. La naturaleza...

Tomo su mano y la dirijo más adentro del bosque. Caminamos en silencio, solo disfrutando del día. Aún es temprano por lo que el clima es agradable, pero sé que llegada la tarde el calor se volverá casi insoportable.

—¿Qué es eso? —pregunta en un susurro.

Aguzo mi oído para escuchar a qué se refiere y sonrío al percibir el sonido del agua.

—Oh, eso. Ven.

Caminamos solo unos metros más y entonces nos encontramos con un pequeño arroyo de agua clara.

—Dios...

—Lo sé. Vengo a bañarme aquí todos los veranos. —Me encojo de hombros y miro hacia mi novia, quien de repente ha enrojecido—. Nai, ¿estás bien?

Sus ojos se encuentran con los míos y asiente apenas.

—Todo... bien. Sí. —Carraspea y desvía su mirada al agua.

—¿Quieres entrar?

Comienzo a quitarme la camiseta y la arrojo sobre el suelo. Me quito los zapatos, los calcetines y los dejo en el mismo lugar.

Cuando Nai voltea yo ya me encuentro desabrochando mis pantalones.

—Eh...

Sonrío cuando sus ojos se desvían por mi cuerpo y entonces los desvía a sus pies.

—Vamos.

Tiro mis pantalones sobre mi camiseta y entro al agua, la cual llega un poco abajo de mi pecho.

—No creo que sea una buena idea, Asier.

Hundo mi cabeza para mojarme completamente y cuando salgo veo a Nai alejándose.

—¡Nai!

—Iré a... —Sus palabras son cortadas por un chillido cuando salgo y la atrapo entre mis brazos mojados.

—Si no es por las buenas será por las malas.

—No, espera. No tengo ropa para...

Una mirada mía la interrumpe. De repente parece ser consciente de sus manos presionadas contra mi pecho porque las quita y desvía la mirada una vez más.

—Puedes entrar en ropa interior —sugiero sintiéndome audaz.

—¡No!

Río y sigo caminando hasta quedar en la orilla del arroyo.

—Entonces con ropa será.

Y antes de que pueda decir nada más, la arrojo al agua.

Después de algunas horas de estar en el agua, ella regañándome por echarla vestida y yo riendo por su linda indignación; después de habernos besado hasta sentir que se nos desgastaban los labios, decidimos salir e ir por algo de comer.

Nuestros dedos parecen pasitas y Nai tiembla porque tiene frío, pero yo sigo alegre, sintiendo que este es el mejor día que he tenido en mucho tiempo.

—V-vas a p-pagar por es-so —dice con los dientes castañeteando. La atraigo a mi lado y la abrazo para transmitirle algo de calor. Beso su sien y susurro una disculpa, entonces seguimos caminando hasta llegar a donde mis padres y comemos viendo cómo el sol comienza a ocultarse.

Mis manos sudan con el conocimiento de que, en tan solo unas horas, dormiré con Naira entre mis brazos.


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Amor de libro [ADL #1] -PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO ✔Where stories live. Discover now