Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 71: LA COPA DE QUIDDITCH
Dahlia no había podido dormir bien durante la noche luego de haber visto el nombre de Peter Pettigrew caminando por los pasillos de Hogwarts. Aquello no tenía sentido.
Había estado frente al nombre, pero no había visto nada.
Ni siquiera un fantasma que le indicara que era él.
¿Es que el mapa no servía?
—Buenos días, Lia. — saludó Celine mientras soltaba un pequeño bostezo y se estiraba.
—Oh, Lini. — dijo Dahlia saliendo de sus pensamientos. — Buenos días.
—¿No has dormido? — preguntó la rubia mientras se sentaba al borde de su cama, colocándose sus pantuflas.
Dahlia la imitó, animándose a sentarse en su cama mientras miraba a su amiga con algo de duda.
—Ayer sucedió algo. — comentó Dahlia, dispuesta a contarle sobre el tema del mapa.
Celine se congeló en su lugar y tuvo que toser para no emocionarse más de lo que debía. Miró a su amiga con curiosidad, intentando ocultar la pequeña sonrisa que amenazaba con salir de sus labios.
Dahlia negó, pero luego asintió algo confundida al no saber cómo explicar todo. Sin embargo, aquello emocionó un poco a Celine quien pensó que tal vez, solo tal vez, había ganado la apuesta.
—¿Y qué sucedió? — preguntó Celine.
—Ayer salimos de la sala común en la noche — comenzó a explicar Dahlia.
A lo mejor su amiga podía encontrarle una explicación lógica a lo que ella había visto en el mapa que había perdido el día anterior. Celine miraba a su amiga, esperando a que le contara.
—¿Por qué? — preguntó Celine, animado a su amiga a contarle más.
—Es que vi algo en el mapa que tenía... — dijo Dahlia. — Algo que se supone que no debería de haber visto.
Celine borró de su mente toda idea sobre la apuesta en aquel momento al notar el rostro de su amiga. Parecía afectada y confundida por lo que había visto.
—¿Qué viste? — preguntó Celine.
—Peter Pettigrew. — informó Dahlia.
La rubia frunció el ceño mientras pensaba en lo que su amiga acababa de contarle sobre lo que había visto la noche anterior.
—¿Cómo es eso posible? — preguntó Celine.
Dahlia negó levemente en lo que su amiga se pasaba de su cama a la suya para poder hacerle compañía y que se sintiera mejor. Siempre solía estar para ella cuando algo sucedía.
