Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 29: UNA AGRADABLE SORPRESA
Los mellizos habían descubierto que la vida en casa de los Weasley era completamente distinta a la vida que tenían en Privet Drive. Tía Petunia y Vernon querían tener todo ordenado y limpio, la casa de los Weasley estaba llena de sorpresas y un ruido constante.
El espíritu que tenían en el ático aullaba y golpeaba las tuberías cada vez que todo parecía estar tranquilo en aquella casa. Las explosiones en el cuarto de los gemelos eran consideradas cosa de todos los días, era algo normal.
La señora Weasley adoraba a Harry, lo había dejado claro desde el primer día y aunque no era como era el tío Vernon, Molly solía ignorar la presencia de Dahlia y solo la notaba en momentos necesarios como las comidas.
El señor Weasley era diferente, era un hombre más amable y curioso. Dahlia consideraba que hasta un poco gracioso y aunque un tanto despistado, era un buen hombre. Aun recordaba la primera vez que había bajado de la habitación de Ginny y le había hablado.
— Buen día — saludó Dahlia con timidez al señor Weasley que estaba leyendo el periódico, Arthur alzó la vista rápido, le sonrió y regresó a leer.
— Buenos días, Ginny, cariño — saludó con la atención en el periódico.
Ginny que llegó unos segundos después a su lado soltó una risita — Buen día, papá. — Saludó la pelirroja a su padre.
— Buen día, corazón. Te acabo de responder hace unos...
El señor Weasley alzó la cabeza y miró a su hija con atención parpadeando confundido, como si estuviera viendo doble en lugar de una. Su entrecejo se juntó confundido y entrecerró sus ojos mirando de Dahlia a Ginny.
Ambas pelirrojas lo miraban con una pequeña sonrisita divertida.
— ¿Molly? — llamó a su esposa buscando con la mirada a su mujer, pero no estaba. Ginny entrelazó su brazo con el de Dahlia cuando aparecieron los gemelos observando la situación con diversión y malicia.
— ¿No te acuerdas de nuestra hermanita, papá? — dijo Fred pasando un brazo por encima de los hombros de Dahlia.
Arthur parecía intentar acordarse de algo que se le estaba olvidando. Dahlia notó su preocupación y con una risita negó.
— Gusto en conocerlo, señor Weasley. Soy Dahlia Potter, mi hermano es Harry. Llegamos en la mañana gracias a sus hijos. — se presentó y Fred se quejó de que no pudo molestar más a su padre.
— ¡Oh, Dahlia! Ya decía yo, era raro que tu hermano estuviera por aquí sin ti, espero que te sientas como en casa. Supongo que ya conociste a mi esposa e hijos.
Dahlia asintió con una sonrisa. — Sí señor, muy amables todos.
