Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 49: CORNELIUS FUDGE
Dahlia todavía no había despertado durante toda la mañana y estaba a punto de cumplir un día en la enfermería, incluso la señora Pomfrey estaba comenzando a preocuparse por ella.
Le había ayudado a beber las pociones que se suponían debían ayudarle a despertar, se notaba que la niña estaba agotada y Pomfrey estaba dejando que descansara todo lo que su cuerpo necesitara.
Pero debía despertar en algún momento, no podía quedarse así.
Para tranquilidad de la señora Pomfrey la pequeña pelirroja se levantó de un sobresalto casi sentándose por completo en la camilla observando confundida el lugar donde estaba.
—Qué bueno que ya despertaste... ¿Cómo te sientes? — preguntó Pomfrey acercándose a la niña.
Dahlia no respondió y asustada observó a su alrededor en busca de aquel diario, no sabía cómo era que había logrado llegar a la enfermería, solo tenía unas imágenes borrosas pasaban por su mente.
—¿Cómo llegue aquí? — preguntó avergonzada.
—Un compañero tuyo te trajo, el joven Malfoy — informó mientras se alejaba un poco para traer unos frascos. — Debes beber esto.
Dahlia bebió lo que le dio la señora Pomfrey sin dudar relajándose un poco al mismo tiempo que se acostaba otra vez apoyando su cabeza sobre la almohada con cuidado.
Le dolía la cabeza.
¿Malfoy la había llevado a la enfermería?
—Cariño, necesito que me digas que sucedió — dijo la señora Pomfrey.
Dahlia negó apenas, sin saber que decirle o cómo explicarle lo que estaba sucediendo.
—No sé, no recuerdo.
No era mentira, no recordaba todo. Apenas recordaba lo que había sucedido, todo se sentía... raro.
Solo sabía que debía tener un diario en sus manos, pero no tenía nada en ese momento.
¿Dónde lo había dejado?
—Debo llamar al profesor Snape para que te acompañe a tu sala común. — informó Pomfrey — quédate aquí y no salgas — ordenó preocupada.
Dahlia asintió sin entender la seriedad de la mujer al verla salir a paso rápido de la enfermería. La mirada de la pelirroja recorrió el lugar intentando recordar y su atención fue a unas cortinas que cubrían unas camillas.
¿Qué era eso?
¿Habían atacado a alguien más?
Con cuidado se levantó de su cama y caminó hasta las cortinas sin hacer mucho ruido.
