Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 70: UN FALLO EN EL MAPA
Luego del partido, en el que su hermano había logrado la victoria del equipo de Gryffindor contra Ravenclaw, Dahlia había buscado al profesor Snape dispuesta a quejarse por la forma en la que le habían quitado su escoba.
Aunque no sabía quién se la había regalado, no le parecía que se la quitaran, después de todo era algo suyo desde el momento en el que había llegado a ella.
Tocó dos veces la puerta del despacho del profesor Snape y entró solo cuando escuchó la voz del profesor de pociones indicarle que podía pasar.
—¿Interrumpo? — preguntó Dahlia mientras cerraba la puerta detrás de ella.
Severus dejó de revisar los papeles que tenía sobre su mesa y miró a la pelirroja, negando con la cabeza en un pequeño movimiento.
—No interrumpes, de ser así no te hubiera dejado pasar — comentó Snape mientras alzaba ambas cejas ligeramente.
Dahlia sonrió apenas mientras se acercaba al escritorio del profesor y se sentaba en la silla frente a él.
—Profesor... quería comentarle — dijo Dahlia mientras buscaba las palabras correctas y luego suspiró — En realidad, quería quejarme.
Severus alzó ambas cejas con sorpresa y ladeó la cabeza mientras entrecerraba los ojos.
—Recibí un regalo el día de hoy, pero la profesora McGonagall me lo quitó de un momento a otro. No me parece que ella hiciera eso, es usted quién es el jefe de nuestra casa... — comentó Dahlia — Sin embargo, no dije nada porque no quería que luego quisiera quitarnos puntos a nuestra casa.
Severus observó a la pelirroja en silencio mientras escuchaba con atención las palabras de la niña.
—Era una Saeta de Fuego... ¡llego en el momento perfecto! — continuó Dahlia — Los del equipo de Gryffindor estaban presumiendo la Saeta de Fuego de mi hermano y como nosotros no teníamos una, pues pensaban que ya habían ganado la copa... no me hubiera molestado si usted me hubiera quitado la escoba, pero fue la profesora McGonagall.
Dahlia frunció el ceño, mirando al profesor Snape mientras se acercaba un poco en su asiento.
—La vez pasada dejó que mi hermano entrara al equipo y a mí me mandó a recibir un castigo... ¡No fue justo! — se quejó Dahlia — Seguro me quitó la escoba para que su equipo tenga más posibilidad de ganar.
Severus suspiró y se movió ligeramente hacia atrás en su silla antes de levantarse para ir en busca de algo que sorprendió a la pelirroja cuando lo dejó sobre su escritorio.
—La profesora McGonagall me entregó esto luego de quitártelo. — comentó Snape mirando la Saeta de Fuego.
Dahlia miró al profesor con sorpresa y parpadeó algo confundida.
