Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 7: EL SOMBRERO SELECCIONADOR
Dahlia observó el sombrero, estaba remendado y muy sucio. Definitivamente era algo que no le gustaría tener en casa a su tía Petunia.
Todos en el comedor miraban con atención al sombrero así que ella hizo lo mismo. Entonces el sombrero se movió, una rasgadura cerca del borde se abrió tan ancha como una boca y entonces el sombrero comenzó a cantar:
Oh, podrás pensar que no soy bonito, Pero no juzgues por lo que ves. Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo. Puedes tener bombines negros, sombreros altos y elegantes. Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts y puedo superar a todos. No hay nada escondido en tu cabeza que el sombrero seleccionador no pueda ver. Así que pruebame y te diré dónde debes estar. Puedes pertenecer a Gryffindor, dónde habitan los valientes. Su osadía, temple y caballerosidad ponen aparte a los de Gryffindor. Puedes pertenecer a Hufflepuff de verdad no temen el trabajo pesado. O tal vez de la antigua sabiduría de Ravenclaw, si tienes una mente dispuesta, porque los de inteligencia y erudición siempre encontrarán allí a sus semejantes. O tal vez Slytherin harás tus verdaderos amigos. Esa gente utiliza cualquier medio para lograr sus fines. ¡Así que pruebame! ¡No tengas miedo! ¡Y no recibirás una bofetada! Estás en buenas manos (aunque yo no las tengo). Porque soy el Sombrero Pensante.
Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó la canción y Dahlia miró a las mesas, dónde todos estaban aplaudiendo.
El sombrero se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez.
— Pensé que tendríamos que hacer alguna prueba de magia o algo así.— susurró Sophie.
— ¿Cómo? — preguntó Dahlia algo confundida.
— Un truco de magia pues, sacar un conejo o algo así.
Dahlia soltó una pequeña risita solo de imaginar sacando un conejo de ese sucio sombrero.
— Solo tenemos que probarnos el sombrero.— le susurró Hermione y Dahlia hizo una pequeña mueca arrugando la nariz.
El sombrero estaba sucio.
— Iré diciendo sus nombres uno por uno y se colocarán el sombrero que les dirá sus respectivas casas. — Informó McGonagall y observó un pergamino.
