Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 40: EL DIARIO Y POCIONES
Celine había notado a su amiga triste desde aquel partido de quidditch. Algo había cambiado en ella, por más que siempre sonreía cuando estaba con ellos y trataba como si nada hubiera ocurrido, ella sabía que algo estaba diferente.
—Lia — la llamó Celine haciendo que la pelirroja alzara su vista del libro que estaba leyendo.
—¿Qué sucede? — preguntó Dahlia dejando la pluma a un lado.
Llevaba una semana en la que estaba estudiando más y ahora estaba dándole clases a Neville, por lo que estaba dejando unos apuntes para que él pudiera usarlos y repasar.
— ¿Está todo bien? — preguntó Celine mientras se acercaba para sentarse a su lado.
Estaban en la sala común y los chicos habían subido a descansar. Dahlia frunció el ceño sin entender a lo que se refería su amiga con aquella pregunta.
— Sí... todo bien ¿Por qué? — preguntó Dahlia regresando su vista al pergamino.
— Lia...— insistió Celine apoyando su mano sobre la de Dahlia. — Algo sucedió, antes del partido y no nos has contado.
Dahlia apretó los labios en una fina línea mientras jugaba con el pergamino entre sus dedos.
— Bueno... hubo algo que escuché hace unos días — comentó Dahlia en voz baja frunciendo levemente el ceño y mordió apenas su labio inferior antes de continuar. — Estaba con Sophie y escuché a mi hermano, Hermione y Ron hablar.
Celine se acercó un poco más a su amiga para que pudiera hablar sin miedo a ser escuchada por alguien en la sala común.
—Estaban diciendo que pensaban que Malfoy es el heredero de Slytherin, pero querían hacer algo... no sé qué era lo que querían hacer, pero tardarían un mes en hacerlo — comentó Dahlia soltando un pequeño suspiro — lo que me molesta es que mi hermano no viniera a preguntarme directamente, Cici.
Celine apretó los labios en una fina línea mientras escuchaba a su amiga y tomó la mano de la pelirroja entre la suya para darle ánimos.
— Pero eso no fue todo, cuando le pregunté a Hermione que estuvo haciendo esos días, con la esperanza que me dijera la verdad... me mintió — añadió Dahlia dejando el pergamino sobre la mesa.
— Ya veo, es por eso que ese día estaban tan raras cuando regresaron de ir por el libro y luego has estado así — comentó Celine.— ¿No?
Dahlia asintió apenas mirando a su amiga y mordió el interior de su labio inferior esperando a que ella dijera algo.
—Honestamente, Lia. — dijo Celine — Hermione debe pensar bien en la amistad que tienen ustedes. Hasta el momento no te ha comentado nada y tu hermano es un tonto que se deja llevar por los comentarios del tonto de Ron.
