Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 13: QUIDDITCH
El mes de noviembre había llegado y junto a este, el tiempo frío. Las montañas habían adquirido un tono gris de hielo, el lago parecía de acero congelado y el patio aparecía cubierto de escarcha todas las mañanas.
La temporada de quidditch iba a comenzar y ambos hermanos Potter tendrían su partido el día sábado, luego de semanas de entrenamientos a escondidas.
El primer partido sería Gryffindor contra Slytherin y Marcus Flint le había dejado claro a Dahlia que tenían que ganar al equipo contrario o Gryffindor pasaría a segundos en el campeonato de las casas.
Dahlia agradecía tener a sus amigos siempre pendientes de ella y de que cumpliera sus deberes, así que no había descuidado para nada la escuela.
Theo se encargaba de revisar sus deberes y corregirle si cometía algún error, las chicas le ayudaban a estudiar, Crabbe y Goyle le hacían compañía, Blaise le llevaba cosas de comer y le hacía reír aliviando la tensión y Draco le ayudaba con algunas tareas.
Claro, luego de murmurar cosas sobre que siempre se salía con la suya. De igual manera terminaba ayudándole como los demás.
— Cinco, seis, siete, ocho. — contó Pansy mientras aplaudía en cada número.
Dahlia observó a sus amigos con curiosidad, justo se encontraban todos en la sala común mientras terminaba sus deberes.
— ¿Qué están haciendo? — preguntó con curiosidad a Celine que estaba leyendo a su lado.
— Aprendiendo una coreografía.— contestó sin alzar la vista de su libro. — Ya llevan como cuatro días en eso y no logran coordinar.
— ¡Renuncio! — se quejó Blaise dejándose caer sobre el sofá.
— No puedes renunciar Blaise, fue tu idea. — se quejó Pansy tirando de su brazo para alzarlo.
— Pero si cambias los pasos cada cinco minutos no vamos a coordinar.— se quejó otra vez.
— Mueve ese trasero, Zabini. — murmuró Theo de mal humor, tenía pequeñas gotas de sudor en su frente.
— No es tan difícil, solo mueves la cabeza, mano arriba dos veces, das una vuelta, aplauso, aplauso y mueves caderas. — Explicó Pansy con toda la paciencia que le quedaba.
— Estoy considerando enfermarme ese día.— murmuró Theo ganándose una mirada fea de Daphne.
— ¿Por qué estás aquí? — preguntó Blaise apoyando sus manos en sus caderas. — si no vas a colaborar entonces no hables, mi pansypan puso mucho esfuerzo en esto.
