Capítulo 18: Donde mora la Diosa.

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—Nanko, ¡no le hagas daño! —ordenó Boruto. La nombrada asintió mientras ambos esquivaban los ataques de las serpientes de Mitsuki.

—Ten cuidado, Boruto —masculló Nanko, invocando a uno de sus dragones.

—¿Dónde está Kawaki? —le preguntó Boruto desde un árbol mientras Nanko les miraba desde el cielo, montada en una de sus invocaciones—. Pensaba que solo me estaba persiguiendo él.

—¿Y ahora eso qué más da? Te estoy persiguiendo yo.

"Kawaki está dormido por el veneno de las serpientes de Mitsuki. Lo ha hecho para evitar que lo percibas a partir de su presencia de Otsutsuki. Es la información que hemos recibido. En estos momentos, Mitsuki está actuando por su cuenta", les dijo Shikamaru mediante el jutsu de Ino.

—Creo que ya comprendo vuestra fuerza. Si lográis espantar a Code con vuestra mera presencia, significa que vuestro nivel no es normal. A mi parecer, Kawaki, actualmente, no os llega ni a la suela del zapato. No pienso permitir que lo matéis, incluso a cambio de mi vida.

—Déjalo ya, Mitsuki. Si dices que no está a nuestra altura, entonces tú tampoco. Esta pelea no tiene sentido —dijo el rubio.

—Hay una razón más por la que he venido sin Kawaki. Para poder luchar totalmente en serio, sin tener que contenerme por él —masculló Mitsuki mientras su chakra se canalizaba en serpientes.

—¿Y eso qué significa exactamente? —preguntó Boruto.

—Ni lo sé ni me importa —respondió el de cabellos blancos, convirtiendo sus brazos en serpientes. Estas se convirtieron en clones de Mitsuki y atacaron a Boruto, que esquivaba los ataques con simpleza.

—La cuestión no es tener más cantidad... De hecho, es lo peor para el entorno —dijo Boruto antes de que Nanko lo recogiera del suelo con su dragón.

—Es culpa tuya que quiera llegar al fondo del asunto, ¿sabes? Desaparece ahora mismo. Por el bien de este mundo —ordenó Mitsuki. Boruto saltó del dragón para poder caer cerca del chico.

—Es posible que tengas razón, pero no puedo hacerlo. Aún me quedan muchísimas cosas por hacer. Así que no tengo tiempo para juegos —dijo el chico antes de rebanar algunas copias de Mitsuki con su katana—. ¡Nanko!

—Bien —murmuró ella—. ¡Cuervos cortantes!

Del cielo aparecieron miles de cuervos hechos de rayos que acabaron con el resto de las copias. Le alegró poder haber utilizado el jutsu que Itachi le había ayudado a perfeccionar.

—¡Serpiente de rayo! —exclamó Mitsuki, mirando a Boruto.

—¡Escudo de diamante! —masculló Nanko, creando un escudo delante del rubio, que no tuvo que molestarse siquiera en esquivar el ataque.

—¡Flecha de truenos! —gritó Mitsuki, pero no logró rozar a Boruto, que acabó por poner su katana el cuello del que un día fue su mejor amigo.

—Hazlo de una vez —murmuró el de cabello blanco.

—No digas que has venido a matarme con intención de morir. Porque ahora ya no es nada más que desesperación. Desesperación pura y dura —comentó Boruto bajo la atenta mirada de la chica, que seguía en el cielo a lomos de su dragón.

—¿Cómo dices? —masculló Mitsuki.

—Es porque tu fe se está tambaleando. Las cosas en las que crees... no, en las que quieres creer. Estás empezando a no creer en ellas —explicó Boruto.

—¿De qué estás hablando? —preguntó Mitsuki, enfadado.

—De Kawaki. Ese sol que te iluminaba hace tiempo que ha perdido su brillo. Lo notas, ¿verdad que sí?

Sharingan | Nanko Uchiha | Boruto UzumakiWhere stories live. Discover now