Capítulo 1: No puedes salvarme.

953 82 15
                                    

Nanko, sentada en el suelo, apuntó a su cabeza con una pistola, sus manos temblaban toscamente. De verdad quería morir, pero no se atrevía a apretar el gatillo. Suspiró, intentando calmarse. Le hubiese gustado estar en un sitio más apartado para que no la encontrasen rápido, pero su casa era lo único que le quedaba.

Miró al frente, no estaba llorando, sentía un vacío que pesaba más de lo que uno podría esperar. Era capaz de escuchar a Nayru y Yûki pelear entre ellas. Una vez se pusieron de acuerdo, comenzaron a pedirle, no, mejor dicho, rogarle, que no lo hiciera. Que era muy joven para morir y que merecía, como mínimo una muerte digna.

—Pero ¿qué es una muerte digna? —murmuró Nanko.

—¡Pues esto no, ya te lo digo yo! —exclamó la deidad.

—No existe nada digno en morir. Porque la muerte es solo eso, muerte —susurró la Uchiha.

—Nanko, si te mueres tú, también me muero yo —dijo Nayru—. No puedo permitir que lo hagas. Al menos, libérame.

De repente alguien se puso a su lado y agarró la mano en la que sostenía el arma.

—Aprieta tú el gatillo, por favor —susurró ella, dejando a esa persona decidir sobre su futuro. Alea jacta est. La suerte estaba echada.

—Jamás te haría eso —susurró Boruto, bajando el arma.

—¿Por qué no? —preguntó Nanko—. He matado a mi padre, planeaba matar al tuyo... No merezco seguir viva.

—Yo tampoco creo merecerlo, pero aquí estoy —dijo él, arrodillándose frente a ella—. Hace tiempo te dije que quería ser tu héroe, la propuesta sigue en pie. —Extendió su mano hacia la chica, ella la apartó suavemente.

—No puedes salvarme.

—No seas tonta, claro que puedo —dijo él, sonriendo.

—Si exploto mi cabeza, lo dudo. —Nanko sonrió de lado.

—A veces me das miedo —susurró el Uzumaki.

—Ten piedad, déjame morir —suplicó ella.

—¿Eso es lo que de verdad quieres? ¿Quieres no sentir nada por el resto de la eternidad?

—Prefiero no sentir nada a seguir viviendo de esta manera. No puedes entenderlo, jamás estarás en mi tesitura. Lo más humano para mí, ahora mismo, es lo más inhumano: matarme —explicó la Uchiha, intentando convencer al chico para que la asesinara.

—Estoy seguro de que también puedes ser feliz, todos pueden.

—Entra en razón. Soy una criminal de rango S, el protocolo dicta que si un ninja de alguna de las naciones ninja me encuentra, debe matarme siempre que esté cualificado para eso. Mátame —ordenó ella, tendiéndole el arma. Él la agarró.

—¿Eso ha sido un halago? Me has llamado apto —comentó él, sonriendo mientras levantaba el arma y apuntaba a su cabeza.

—¿Qué haces? —preguntó Nanko, intentando agarrar de nuevo la pistola.

—¿Qué tal sienta ver a alguien a quien aprecias hacer esto? ¿Cómo te sientes viendo que una persona a la que le tienes cariño quiere quitarse la vida?

—Para. ¿Por qué has tenido que venir? ¿No lo entiendes? Me he esforzado tanto para llegar hasta aquí, y todo ha sido en vano. Les he fallado a todos, a mi padre, a mis amigos... ¡Todos han muerto por mi culpa! Lo intenté todo y fracasé, soy el verdugo de todos los que quiero. Supongo que al final soy un fracaso. No hay nadie a quien haya podido salvar, ni una sola persona, todos decían que era el as bajo la manga de Konoha pero mírame, no valgo para nada. —Nanko llevó sus manos a la cara y comenzó a sollozar.

Sharingan | Nanko Uchiha | Boruto UzumakiWhere stories live. Discover now