Capítulo 7: Una cena teñida de desesperanza.

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Boruro y Nanko estaban sentados delante de Toneri, el uno junto al otro. Una marioneta les puso los platos en frente. De primero comerían un bistec de ternera. La Uchiha no pudo evitar preguntarse de dónde sacaba la comida. Cortó la carne en absoluto silencio, no quería decir nada fuera de lugar que pudiese enfadar a aquel dios. De vez en cuando, notaba los ojos de Boruto en ella, comprobando que estaba bien.

—¿Estáis a gusto en vuestras habitaciones? —preguntó el de cabellos blancos, rompiendo el silencio.

—Sí, todo es perfecto, de veras, muchas gracias —respondió el Uzumaki. La chica masticó la ternera, intentando esquivar la conversación de los otros dos—. Tú también, ¿verdad, Nanko?

—Sí —contestó ella, sonriendo. Aunque más que felicidad, aquella mueca daba un poco de mal rollo.

—Nanko, ¿cómo obtuviste el poder de Nayru? —cuestionó Toneri, ella le miró a los ojos y dejó los cubiertos apoyados en el plato.

—Ella misma me lo ofreció, su última voluntad fue que parase el enfrentamiento entre sus hermanos. Así que eso mismo haré —explicó la Uchiha.

—Hasta donde yo sé, no has probado a utilizar su poder, ¿me equivoco?

—No, no lo he hecho. Todavía no lo he requerido. —Nanko introdujo un pedazo de carne en su boca.

—Debes saber que el poder de Nayru no es tan fuerte como el que alberga Boruto, ella no fue una kunoichi, pero es especialmente bueno para el aguante, tanto físico como en reservas de chakra, y la medicina. Y estoy seguro de que podrás combinarlo con tu Susanoo —comentó el hombre, que todavía no había comenzado a comer.

—Pero Nanko ya lleva pudiendo hacer eso desde antes de haber absorbido a la Diosa de la Sabiduría —dijo el rubio.

—No es lo mismo. Antes el poder se veía mermado, Nanko estaba cohibida por miedo a que Nayru se saliese de control. Ahora ella es Nayru, una descendiente directa de Kaguya. No tendrá que contenerse nunca más.

—Se equivoca —susurró Boruto—. Nanko no es Nayru, es Nanko. Al igual que yo no soy Momoshiki, soy Boruto. Si bien parte de nuestro poder es suyo, somos entes diferentes.

—Si os molesta, no volveré a referirme a vosotros de tal forma —habló Toneri.

—La profecía —susurró la chica—. ¿Podría explicarnos de qué trata? Entera, me refiero.

—Me temo que yo tampoco la conozco del todo. Los tres sabemos exactamente lo mismo. Aunque sí que os puedo asegurar algo: Ambos nacisteis para morir.

—¿A qué se refiere? —preguntó Nanko, frunciendo el ceño.

—La vida de las reencarnaciones no dura demasiado, siempre acaban buscando otra vasija más fuerte, más útil. Es un destino triste, como el de todos los ninjas. —La marioneta trajo consigo el segundo plato: una ensalada de pasta.

—No, me niego. Nuestro futuro no está escrito. ¿Que hemos nacido para morir? ¡No lo acepto! No permitiré que Nanko muera.

—No te preocupes por eso ahora, Boruto —dijo la chica—. No todas las profecías se cumplen. Además, moriremos eventualmente, no hay de qué preocuparse. Y yo no me puedo ir hasta que Konoha esté cien por ciento segura, ¿me escuchas, Nayru? Nada de pirarte hasta que eso pase.

—Visto así... Proteger nuestra villa pasa a ser nuestra prioridad número uno. Debemos entrenar duro —susurró el Uzumaki.

—Todo lo que ha hecho Nanko ha sido para proteger a Konoha, Boruto. Su prioridad siempre ha sido esa, porque ella lleva siendo una verdadera kunoichi desde hace mucho. Ahora que tú también has organizado tus prioridades, se te puede considerar un verdadero ninja —habló Toneri—. Boruto, tu poder es descomunal, debes aprender a utilizarlo correctamente, sino podrías dañarte a ti y a los que te rodean.

Sharingan | Nanko Uchiha | Boruto UzumakiKde žijí příběhy. Začni objevovat