CAPÍTULO 37.- tercer fragmento

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—¿Lo sabías? —preguntó Leia—, ¿Sabías que Jessy está aquí y que tiene un hijo con Bael?


Sintió como Jose se tensaba inmediatamente después de realizar aquella pregunta.


—Bollo —Jose la apretó más para acercarla—, pasemos, hace frío aquí en el pasillo.


Leia fue llevada adentro. La habitación era una grande como todas las habitaciones de la familia. Jose la llevó a un pequeño sofá donde apenas cabían los dos y tenía la chimenea encendida cerca.


—A Zephyra le tranquiliza el sonido de los leños ardiendo —hablo Jose poniéndole una manta encima—, yo me estoy achicharrando, pero tú estás pálida y fría, esto te ayudará.


—¿Cómo te has enterado? —Gabriela apareció frente suya con cara de pocos amigos, pero a la vez preocupada.

Leia explicó que Liam llegó ebrio y le soltó el secreto. Gabriela quería ir por agua helada con mucho hielo para echarle a Liam en su cara para que se le quitara la borrachera y lo estúpido.


Jose pudo calmarla y a la vez consolar a Leia.


—Bollito precioso, no es que todos confabulamos para que no supieras —explico Jose—, como ya le conté a Gaby, Bael llego con ella y su hijo justo cuando tu estabas lidiando con la presencia de tu loba y Gaby ya llevaba dos riesgos de aborto. No podíamos decirles porque la presencia de la mate de Bael iba a afectarlas profundamente. En especial a ti por lo que sucedió en el pasado.


Leia sujeto su vientre. Jose empezó desde el comienzo, lo que en parte él sabía. Explico lo que le contaron de cómo Bael la encontró, sobre la amnesia de ella, sobre la batalla a las manadas de las tierras libres, explicándole como Liam usó sus poderes para revivir a al hechicero que se sacrificó por ellos y que era ahora el guardián de Jessy.


—¿Qué él que? —Leia estaba anonadada—, por la diosa, ¿Cuántas más cosas me ha estado ocultando Liam?


Jose siguió hablando, como el pequeño Dantalian se encontró con Haniel. El señor Alan conociendo a su nieto. Como toda la familia se enteró después. Belial siendo atacado mentalmente para que atacaran la manada de Bastián como un señuelo.


Leia empezaba a llenar espacios. Bael estuvo muy alejado de ella desde el viaje a Alaska. Antes solía venir a conversar mucho con ella, su amistad volvió a ser fuerte después de los años y podían llamarse los mejores amigos, incluso hermanos.


Ahora podía entender su distanciamiento. Leia podría ver a través de él y descubrir que le ocultaba algo.


—Toma —Gabriela le entregó una pócima—, esto te hará sentir mejor.


Leia obedeció y tomó de aquel líquido sanador. Su cuerpo se sintió mejor de inmediato, pero su mente y corazón estaban revueltos.


—Me siento... —Leia miró al suelo—, me siento algo traicionada, aunque ahora entiendo porque me ocultaron las cosas. Se siente feo que Liam no me dijera lo demás.


—Liam solo quiere protegerte —Jose apretó la mano de Leia—, puedo comprenderlo, yo tomé la misma decisión para Gaby. Proteger a tu mate y a tu cachorro está sobre todo lo demás. Deberías esperar a que se levante para conversar con él. Se que te dará una mejor explicación que yo.


—Y no te preocupes sobre los demás traidores —Gabriela se arrodilló a la altura de Leia—, yo me ocuparé de ellos. Si no quieres verla, no dejaré que se te acerque ni en pensamientos.


Leia sujeto las manos de ambos.


—Gracias —les dijo a los dos—, todo esto es muy abrumador, no sé si tengo el valor de enfrentarme a todo esto. Es demasiado para procesar y hace un rato mi loba casi toma el control de mi cuerpo. Tengo miedo de poner en riesgo otra vez mi embarazo.


Para sorpresa de todos, Gabriela la abrazo.


—No dejaré que te vuelvan a lastimar —el abrazo de Gabriela era más fuerte, pero a la vez más cálido—, vas a llevar este embarazo muy bien y mandaré al infierno a cualquiera que intente imponerte a esa bruja. Y no estoy hablando en sentido figurado.


Leia se sintió conmovida, Gabriela era poca vez cariñosa y que sea así precisamente con ella iba a hacerla llorar. Porque sabía que era un abrazo y un cariño realmente genuino.


—Todo va a estar muy bien, mi bollito de caramelo —Jose las abrazo a las dos—, estamos aquí para cuidarte a ti y al minibollo que esperas.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now