— ¿Vas a avanzar? —presionó el mayor visiblemente irritado.

Jimin apartó la vista de la lluvia y avanzó junto al pálido azabache resintiendo el aire pesado. Jugueteó con sus manos conforme bajaban las escaleras y cruzaban por un pasillo para así evitar salir por el patio y mojarse. El rubio se tensó porque sabía que en ese pasillo a esta hora no había nadie ya que eran las aulas de biología, aquellos laboratorios que únicamente se usaban en la mañana.

Avanzó con terror procurando acelerar el paso. Yoongi por su parte se hallaba entretenido, admirando la tensión creciente de su acompañante que no dudaba en avanzar más rápido. Aquello exhibía a claridad que el menor no era ingenuo y se daba una idea de lo que podía llegar a ocurrir. 

Esperó a que llegaran casi al final del pasillo. Si el pequeño rubio creía que se hallaba a salvo sin duda estaba muy equivocado. El menor iba a dar vuelta a la derecha para bajar las escaleras, pero fue tomado del brazo y jaloneado con tosquedad. Ahogó un grito y apenas pudo reaccionar cuando de soslayo vio a Yoongi abrir la puerta del aula junto a ellos, tirar de él para que ingresara y así aventarlo contra un escritorio y cerrar con llave.

Jimin crispó sus músculos y comenzó a alejarse conforme observaba a Min Yoongi intentar acortar sus distancias sin emitir sonido alguno. Retrocedió apresurado, pero no transcurrió mucho hasta que sintió la pared chocar contra su espalda. Examinó a su derecha, pero no tenía a dónde huir. ¿Saltar por la ventana o enfrentar a Yoongi? Ninguna sonaba bien.

— ¿Tienes miedo? —Le preguntó el azabache colocando sus brazos a los costados del menor e inclinándose hacia adelante para acorralarlo contra la pared.

— Min... —suplicó Jimin—. P-por favor no hagas esto, no deseo regresar a ello.

— ¿Te gustan los animales, Jimin?

— Todo menos eso, por favor.

— Te pregunté algo.

El rubio se sacudió en su lugar sintiendo el aire faltarle. Sin duda la proximidad adversa lo ponía nervioso, incluso podía distinguir aquellas pequeñas heridas que adornaban la pálida tez de su atacante.

— Sí. Me gustan los animales, Yoongi —logró hablar tras unos cortos segundos en silencio.

— Podemos jugar a eso, como cuando éramos niños, ¿recuerdas?

— Yoongi, debemos ir a la biblioteca.

— Le diré que te golpeaste y te llevé a la enfermería, así no le miento en su totalidad.

El menor trató de empujarlo, pero Yoongi no se lo permitió. Degustaba fascinado el miedo de Jimin incrementar en sus orbes. Sabía que pelear era inútil, así que cogió a Yoongi de la camiseta con vehemente súplica.

— Yoongi, por favor.

— Yo extraño jugar contigo, ¿tú no? — Yoongi acarició su mejilla y lo obligó a elevar la mirada. — Extraño tus preciosas lágrimas rodando por tus mejillas, extraño tu dolor —Se acercó a su rostro, suavizando su tono—. ¿Tienes idea de qué tan excitante era para mí verte así? ¿Lo importante que fuiste en mi vida? Jamás encontré a nadie parecido a ti, eres único e irrepetible.

El de hebras doradas pasó saliva y un atisbo de emoción adornó sus pupilas. Sí, por supuesto que había miedo, pero oh, era como si el mayor lo hubiese dicho lo exacto para hacerlo derretir y ceder a su perversión.

— Recuerda, no puedes salir de esta aula — Yoongi dirigió su zurda al pantalón—. Puedes correr, los azotes dependerá de qué cuánto tiempo dures en pie. Serán en total diez, con cada minuto que transcurra será uno menos. Cuando te atrape, veremos cuántos deberé cederte.

INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( CORREGIDA )Where stories live. Discover now