Capítulo 58: Año nuevo

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Veo de reojo como Angela estaba recostada sobre la ventana de mi camioneta dormida, le había colocado una chaqueta porque había frio y también le había enviado unos mensajes a Elías diciéndole que la llevaría a su casa, aunque en realidad la llevaba a la mía porque pasaba la media noche

Se había quedado dormida después de vomitar otro poco más, le había dado algo de agua y subido al auto, solo pasaron unos segundos cuando había caído rendida completamente

—Andrés—la veo de reojo al escuchar el susurro, era el nombre de su hermano ¿Seria común que se embriagara de esa manera?

—Lo sacare para ti—entro al estacionamiento para bajarme y abrir la puerta de copiloto para sacarla—Deberías estar orgullosa de que te lleve, solo he hecho esto con solo dos mujeres—la veo removerse, su piel se veía suave— ¿Por qué me pasan estas cosas? —subo al ascensor

—Andrés—la veo abrir los ojos y me sonríe— ¿Estás aquí? Por fin

—Técnicamente me secuestraste cuando tenía otros planes—ahora recordaba a la chica que había dejado, esperaba que pudiera perdonarlo, de verdad había querido irse, estaba tan cerca

—Es una suerte entonces—me abraza del cuello, salgo del ascensor para dirigirme a mi departamento—Lo siento no creo durar hoy—rio al escucharla, entro en el departamento en silencio porque Marcus estaba en la habitación de Adam

—Bien—la coloco en la cama al estar en mi habitación—Descansa, iré a ducharme ¿Quieres cambiarte? —la veo asentir—Como quieras—busco algo de ropa para ambos y salgo para dejarle el baño de mi habitación para yo ducharme en el baño del pasillo, lo hago rápido para regresar a la habitación, sonrió al verla recostada en la cama a medio vestir, su cuerpo estaba en el piso y su rostro sobre la cama—Angela ¿Qué haces ahí?

—Me canse—me ve— ¿Dónde están los demás? —parecía que se le estaba bajando el alcohol—María me va matar porque cuando le mostré tu foto se volvió loca—lo veo con sorpresa ¿Tenía una foto mía? —Le debería una grande

—Tranquila, puedo sacrificarme por ti y acceder a otra cita—me ve y rio al ver su cara, se veía algo soñolienta con el cabello húmedo que le caía en el rostro—Vamos levántate, hace algo de frio

— ¿Te gusto? —La ayudo a levantarse y ayudarla a colocarse el suéter, intento no ver su cuerpo para no pensar cosas indebidas—Hablo de María

—Es mi tipo de chica aunque se llama igual que mi hermana, es extraño

— ¿Qué hay de mí? ¿Te gusto? No me parezco a ella—la veo para ayudarla acostase a la cama—Esperaba que me digieres algo

—No sé qué quieres de mí, me gusta que sean directos porque yo lo soy—me ve, no sabía que buscaba en mi rostro—No eres mi tipo, tranquila, descansa

—Espera—me tomo del brazo—Prometo no volver a vomitar y te quedas, no creo que tengas problemas, no soy tipo—rio al escucharla

—Si hago algo indebido asume la culpa tú ¿De acuerdo? —Asiente y me acuesto a su lado— ¿Siempre te pasa esto? —estaba de espalda a mí pero se voltea para quedar frente a mí, me gustaban sus ojos en la oscuridad

—No siempre ¿Por qué no estás en el mismo estado?

—Dicen que existen personas que por mucho que bebas no se embriagan quizás por sus fantasmas para hacer su vida más miserable, soy uno de ellos

— ¿Enserio? Si es así, eras el miserable más guapo que he visto—rio al escucharla, muy sincera—Normalmente no soy tan sincera

— ¿Segura? Porque te recuerdo así ¿Porque bebiste tanto?

El diario de un abogadoWhere stories live. Discover now