CAPITULO 16: Logros

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El plan de Elías fue dejar mi dirección del bufe donde trabajaba Wilson con Estafani que le había gustado dar clase y dijo que se quedaría hacerlo en la universidad para que los futuros abogados no salieran como yo, le pedí ese favor que me concedió, nunca nos acostamos pero en el fondo sabía que me tenía aprecio cada vez que la iba a molestar

Pero deje que Adam decidiera, sabía dónde buscarme y si no lo hacía entendería que en verdad me odiaba realmente, bueno era lo que pensaba, es estúpido pero tenía el autoestima baja en ese aspecto pero no pueden culparme después de ser tratado como una basura la mitad de mi vida, luego entendí lo importante que era para las personas que me rodeaban

Con el tiempo descubrí la influencia que podía a tener en las personas, quizás porque había pasado por situaciones difíciles y injusta, por eso llegaba a entender el punto de vista de muchas personas, como abogado siempre lo hacía y no es que fuera el abogado más correcto del mundo pero intentaba hacer justicia, no es mi culpa que la justicia que dictan las leyes son contraria a las mías

Como el juicio de mi padre, recuerdo lo difícil que fue, me hablo de su pasado porque necesitaba saber porque era así y aun su palabras están grabadas en mi memoria por eso luche para que saliera de ese lugar y conociera a su hija, mi padre se merecía otra oportunidad porque la vida a veces nos da tantos golpeas que perdemos el sentido de la orientación y eso lo sé muy bien

Aún recuerdo ese día que le dieron su veredicto, esa mañana todo había salido mal desde que abrí los ojos y todo por irresponsable

***

Me toco la cabeza al sentir el dolor provenir de esta, me ubico y no era mi habitación, mi celular sonaba insistente, tomo el endemoniado aparato

—Marcos—mi voz salió rasposa, veo a mi lado a Margaret, había pasado la noche con ella de fiesta, ninguno le había ido bien buscado alguna conquista y habíamos terminados juntos, me gustaba bastante la relación que tenía con ella, éramos una especie de amigos con derechos

— ¿Puedo saber dónde estás? El juicio comienza en media hora—frunzo el ceño y alejo mi celular viendo la fecha junto a la hora

—Diablos, llegare a tiempo Elías, gracias por avisarme—cuelgo y me levanto para meterme en el baño dándome una ducha rápida, el juicio más importante de mi vida e iba tarde—Solo a mí se me ocurre beber un día antes—salgo del baño y busco mi ropa, no era formal tampoco tenía tiempo de ir a mi departamento—Margarte despierta—veo que abre los ojos sonriendo

—Buenos días Marcos—se sienta y mi vista se van a sus pechos, esa mujer me despertaba de una manera impresionante—No me digas que necesitas de mis atenciones tan temprano—la idea era tentadora

—Me encantaría muñeca pero no—la veo a los ojos antes de que mi imaginación fuera a más de lo que estaba— ¿Tienes de casualidad un traje? El juicio es hoy

— ¿Juicio? —veo como abre los ojos con sorpresa—Claro ¿Cómo se te ocurre salir de fiesta un día antes? ¿Por qué no me los dijiste?

—No estoy para tus regaños, necesito un traje y no puedo ir con esa ropa, no llego a mi departamento—Si en algo era buena esa mujer era en resolver los problemas

—Solo a ti se te ocurre hacerme pasar por esto—se levanta y muerdo mi labio al fijarme en su trasero pero enseguida se cubre con una bata de baño— ¿Crees que soy tu hada madrina? —rio ante la comparación

—Una muy sexy en mi opinión pero no puedo llegar al tribunal como si fuera salido de un antro, solo me quedan 20 minutos—veo que frunce el ceño y acaricia su barbilla suavemente, estaba pensado

—Ya vuelvo, solo prepara café mientras salgo—veo cómo sale y yo me dirijo a la cocina después de colocarme unos bóxer, preparo el café pasan unos minutos hasta que la veo aparecer con un traje

El diario de un abogadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora