El diario de un abogado

Capítulo 40: Verdad

—En verdad eres muy bueno en esto, no eran solo palabras

—Te lo dije, las escenas quedaron muy bien—digo viendo la computadora—Es todo el material, solo falta editarlo

—Si aunque creo que falta unas escenas que se grabaran después

—Entonces mi trabajo aquí está hecho, supongo que mañana nos vemos en la empresa para hacer las ediciones

—Si, al menos hasta que nuestro camarógrafo se recupere

— ¿Sabe que se hizo Greys y Adam? —notando que no estaban

—Adam salió al ver la playa un rato, la señorita Gómez a tomar algo de brisa—frunzo el ceño porque estábamos cerca de la piscina

—Nos vemos mañana Emily—ella asiente salgo a la playa en busca de mi hermano y veo a ambos que parecía discutir, se suponía que estaban bien hace unos minutos, peleaba más con Greys que con Esteban, me acerco

— ¿Por qué debo decirte lo que siento? así no será divertido—eso sonaba cruel pero si lo estaba siendo era por algo

—Sabes que...—parecía batallar con las miradas—no siento nada por ti y si llega a suceder aunque sea una mínima esperanza me encargaré de extinguirla porque no pienso tener sentimientos por una persona como tú, no pienso sufrir—eso es mentira ¿Por qué las personas se empeñaban en ser cruel cuando querían ocultar sus sentimientos? Adam lo hacía y yo bueno, no solía hacerlo, solo decía que no quería hablar del tema directamente y ya

— ¿Sufrir? ¿Crees que lo que te paso con ese hombre es sufrir? Eso no es ni la punta de iceberg—le gustaba la chica, de eso no había duda

—Adam ya basta—me frunce el ceño—deberías parar con esto—sabia lo cruel que era cuando estaba molesto, yo había pasado por eso

—No te metas Marcos ¿no deberías apoyarme? Tengo razón—mi hermano se cegaba por la ira, no sabía controlar sus sentimientos

—Ella no es como lo eres tú, solo esta confundida y te pediré que dejes de lastimarla, no se lo merece—Greys había demostrado ser muy diferente a las chicas con las que salía y también a Sofía, tenía que dejar de hacer eso, no todas las personas eran iguales

— ¿Y nosotros sí? ¿Por qué siempre es la chica? Los hombres también sufrirnos por culpa de personas como ella que solo juegan con nosotros—siento un leve dolor en mi pecho porque extrañamente me recordaba a mi madre, mi hermano tenía razón pero su ira iba contra la persona equivocada

—Sabes que las cosas no son así—no debió hablar de esa manera a Marcus la noche anterior, tenía razón con respeto a su madre ¿Cómo no lo había venido venir? ¿Por qué él siempre se empeñaba en poner las cosas de los demás antes que las de el?

—Yo no puedo verlas de otra manera—veo que se aleja molesto, lo entendía porque como yo nunca pudo reclamarle a Sofía lo que le hizo, eso era lo que me pasaba con mi madre ¿Verdad?

—Gracias Marcos—siento que me ve—pero no era necesario—intento mantener la calma para verla

—Solo terminaría lastimándose—suspiro porque no podía ayudarla en ese momento, intentar hablar con Adam ahora no era un opción—deja que se calme un poco y ve a hablar con él, no me importa la decisión que tomes hay estaré

—Eres una maravillosa persona ¿volvemos al hotel? —sonrió porque sentía que lo decía de verdad aunque me dolía un poco porque después de todo no conocía al verdadero Marcos y la estábamos engañado, teníamos que decirle la verdad