28.- Último adiós

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—Hyunjin, por favor, cuida de mi Ryujin. No dejes que esto la destroce. Sé que ella sufrirá, pero confío en ti para ser su apoyo.—
Las palabras de Yeji, cargadas de amor y preocupación, se dirigieron a su hermano con un pedido especial.

Hyunjin asintió con determinación, sus ojos reflejando el compromiso de velar por el bienestar de Ryujin en los días difíciles que se avecinaban.

—Lo prometo, Yeji. Cuidaré de ella como si fuera mi propia hermana. No estará sola en esto.—

—A Rosé, mi dulce hermanita menor, dile que la amo como si fuera parte de nuestra familia. Sé que está pasando por un momento difícil con la separación de su novia. Por favor, dale todo el apoyo y amor que pueda necesitar. No quiero que sufra más.—

De repente, el silencio en la sala se vio interrumpido por la alerta del monitor que conectaba a Yeji. Los tonos agudos y constantes se convirtieron en un zumbido caótico, mientras el personal médico se apresuraba a intervenir. El cambio repentino en la sala generó un ambiente tenso, lleno de angustia y desesperación.

Yeji cerró lentamente los ojos, como si la vida se escapara de su ser en un suspiro. En ese instante, su presencia se desvaneció, dejando un vacío doloroso en la habitación.

Hyunjin, con lágrimas en los ojos, apenas pudo contener el dolor mientras veía cómo la vida de su hermana se despedía en un suspiro silencioso. La sala quedó sumida en un pesado silencio, roto únicamente por los sollozos ahogados de quienes lloraban la pérdida de Yeji.

Ryujin, desesperada y llena de dolor, se lanzó hacia Yeji, moviéndola en un intento desgarrador de despertarla. Sus sollozos resonaban en la sala, mezclándose con el eco de la tristeza que llenaba el espacio.

—¡Yeji, por favor, despierta! ¡No me dejes, por favor!—

Sus lágrimas caían sin control mientras abrazaba a Yeji con la esperanza de que un milagro pudiera revertir lo inevitable. La impotencia y la angustia se reflejaban en su rostro, y la sala se sumía en un lamento compartido por la pérdida de alguien tan querido.

Hyunjin, devastado por la pérdida de su hermana Yeji en un trágico accidente automovilístico, lloraba repetidamente mientras intentaba brindar consuelo a Ryujin. Su corazón se desgarraba por dentro, pero su deseo de apoyar a Ryujin en este momento tan doloroso lo llevó a decir palabras cargadas de pesar.

—Ryujin, sé que esto es insoportable, pero no estás sola. Estoy aquí para ti, aunque mi corazón esté destrozado. Yeji siempre estará en nuestros recuerdos y corazones.—

Las lágrimas de Hyunjin se mezclaban con las de Ryujin, creando un vínculo compartido en el luto. El impacto del accidente y la repentina pérdida de Yeji pesaban sobre la sala, marcando un trágico capítulo en la vida de quienes la amaban.

Sana se acercó a Ryujin, ofreciéndole su apoyo en silencio. Sin necesidad de palabras, compartieron un abrazo que buscaba consolar el dolor mutuo por la pérdida de Yeji. La presencia de Sana ofrecía un consuelo momentáneo en medio de la tristeza abrumadora.

Mientras tanto, Hyunjin, con el corazón pesado, se apartó para hablar con Rosé por llamada. La comunicación silenciosa entre ellos, afectados por la tragedia, resonaba en cada gesto y palabra compartida en ese difícil momento.

Fin del Flashback

El eco de la tragedia resonaba en la memoria de Rosé mientras regresaba al presente. El flashback doloroso había revelado capítulos oscuros y desgarradores en la vida de quienes amaba. En medio del duelo por la pérdida de Yeji, la trama de sus propios desafíos personales volvía a tomar forma, recordándole la fragilidad de la existencia y la necesidad de enfrentar el futuro con valentía.

Rosé, inmersa en un mar de emociones, soltaba lágrimas silenciosas mientras se encontraba en el funeral de su querida amiga Yeji. La tristeza se reflejaba en sus ojos, y su rostro mostraba la carga de la pérdida y el dolor compartido con todos los presentes. En medio de ese lamento colectivo, las lágrimas de Rosé eran un tributo silencioso a la amistad que había perdido y a la vida que se había apagado lo demasiado pronto.

En el momento del entierro, la desgarradora expresión de dolor de Ryujin resonaba en el aire mientras veía cómo ponían a su amada Yeji en el féretro, listo para descansar bajo tierra. Los sollozos y gritos de Ryujin eran un eco doloroso que llenaba el ambiente, reflejando el sufrimiento profundo que sentía al despedirse de su ser querido. Cada movimiento del funeral marcaba la dolorosa realidad de la pérdida, y la impotencia de Ryujin ante ese momento tan desgarrador.

Rosé, también sumida en su propio dolor, se acercó a Ryujin con pasos lentos y compasivos. A pesar de su propia devastación, buscaba brindar consuelo a su amiga en medio de la tragedia. Sin palabras, Rosé envolvió a Ryujin en un abrazo silencioso, compartiendo el peso del dolor y permitiéndole llorar en ese momento de despedida tan desgarrador. En ese gesto de solidaridad, Rosé intentaba ofrecer el apoyo que ambos necesitaban en medio de la pérdida.

Entre sollozos y lágrimas, Ryujin le susurraba a Rosé la trágica realidad que Yeji y ella enfrentaban —Íbamos a casarnos.—
Las palabras resonaban en medio del duelo, revelando los planes y sueños truncados por la cruel y repentina pérdida. El susurro cargado de dolor expresaba la cruel ironía de un futuro que nunca llegaría, sumiendo aún más a Ryujin en la oscuridad de la pérdida.

Rosé, envuelta en el dolor y la confusión, lloraba en silencio mientras su mente se llenaba de preguntas sin respuestas. La angustia de no poder comprender por qué Yeji la había dejado en un momento tan crucial la consumía. Entre lágrimas, Rosé se sumergía en un mar de emociones, anhelando respuestas que parecían escaparse, y enfrentándose al peso abrumador de la pérdida y la confusión.

En un susurro cargado de desesperación, Rosé expresó su dolor y desconcierto
—Mi vida, de pronto, todo se fue a la mierda.—
Sin embargo, las palabras apenas salieron de su boca, y en medio del lamento colectivo y la conmoción, su desgarrador susurro pareció perderse en la vastedad del dolor compartido en ese trágico momento.

Desde el lado de Hyunjin, sus susurros resonaban entre el dolor profundo y la impotencia

—No puedes dejarme, hermanita, no, por favor.—

Las palabras de Hyunjin reflejaban el tormento de perder a su ser querido, una súplica desesperada ante la inevitabilidad de la pérdida. En medio del duelo compartido, cada susurro se convertía en un eco de angustia, manifestando el intento desesperado de retener lo que ya se había ido.

Hearts In Love - ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora