27.- despedida

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La voz del policía, con tono serio, resonó en el auricular.
—¿Es usted Shin Ryujin ?.

—Soy yo. ¿Qué sucede?— con un nudo en la garganta, respondió con voz temblorosa

El policía, consciente de la sensibilidad de la situación, habló con una voz cuidadosa para no alterar aún más a Ryujin.
—Lamento informarle que su prometida, Yeji, ha tenido un accidente. Actualmente está en estado crítico, y nos gustaría que viniera al hospital lo más pronto posible.—

La noticia golpeó a Ryujin como un martillazo, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras trataba de procesar la realidad de lo que acababa de escuchar. El mundo a su alrededor parecía tambalearse en ese momento.

—Ryujin, ¿qué sucede? Por favor, cuéntame. Estoy aquí para ayudarte.—
Sana, al presenciar la reacción de Ryujin, se apresuró a acercarse cuando vio que el teléfono se le escapó de las manos y las lágrimas brotaban de sus ojos. La preocupación llenó su expresión mientras buscaba brindar apoyo en medio de la angustia.

La conexión entre ambas se intensificó en ese momento, con Sana ofreciendo su apoyo incondicional mientras Ryujin enfrentaba la noticia devastadora sobre Yeji.
Sana, al notar la presencia de una voz varonil en el otro extremo del teléfono y al ver que Ryujin no podía responder, tomó la iniciativa de agarrar el teléfono para brindar el apoyo necesario.

—Hola, soy Sana, la compañera de trabajo de Ryujin. ¿En qué puedo ayudar? Estamos aquí para ella.—

La preocupación de Sana se extendió no solo hacia Ryujin, sino también hacia la situación desconocida que se revelaba a través de la llamada telefónica.

El policía, reconociendo la intervención de Sana, explicó la situación con la calma que pudo reunir.

—Lamento informarle que la prometida de Ryujin, Yeji, ha tenido un accidente grave. Actualmente está en el hospital ####. Sería importante que ells estuviera allí lo más pronto posible.—

La dirección del hospital fue compartida con Sana, quien asintió, comprendiendo la urgencia de la situación. Mientras mantenía la calma, Sana se volcó hacia Ryujin para ofrecerle apoyo en este momento de angustia.

—Ryujin, tranquila. Vamos al hospital juntas.

Entre lágrimas y con voz entrecortada, Ryujin respondió con serenidad a la sugerencia de Sana.

—Sí, necesito verla. Vamos al hospital, por favor.—

La angustia marcaba cada palabra de Ryujin, pero su determinación de enfrentar la situación se reflejaba en su decisión de dirigirse al hospital. Juntas, Sana y Ryujin emprendieron el camino hacia el centro médico, donde la incertidumbre y el pesar esperaban.

Al llegar al hospital, Ryujin ingresó con determinación, buscando a Yeji en cada rincón del lugar. El corazón le latía con fuerza mientras avanzaba, y finalmente, la vio. Yeji yacía en una camilla, vulnerable ante la incertidumbre que rodeaba su estado de salud.

Ryujin, con lágrimas en los ojos, se acercó a la camilla donde estaba su amada. El silencio del hospital resonaba con la gravedad de la situación mientras Ryujin se preparaba para enfrentar las noticias y desafíos que les deparaba este inesperado giro de los acontecimientos.

Yeji abrió los ojos con dificultad, su mirada buscó en la habitación y se encontró con la figura de Ryujin. Una débil sonrisa se formó en su rostro al ver a su prometida a su lado.

—Ryujin...—

Ryujin sintió un inmenso alivio al ver que Yeji había abierto los ojos. Se acercó rápidamente a la camilla, dejando escapar un suspiro de alivio, y con voz emocionada le dijo a Yeji.

—Yeji, estoy aquí. ¿Cómo te sientes? Estoy tan aliviada de verte despierta.—

Las palabras de Yeji resonaron en la habitación, teñidas de un tono sombrío que dejó a Ryujin en shock. La confesión de Yeji sobre su estado de ánimo dejó un peso en el corazón de Ryujin.

—No me siento bien, Ryujin. Solo estaba esperando a que vinieras para decirte que no quiero dejar este mundo.—

Las palabras de Yeji golpearon el corazón de Ryujin, quien no pudo contener las lágrimas al enfrentarse a la angustia de esa confesión. Con la voz entrecortada por la emoción, Ryujin le respondió a Yeji.

_Yeji, eres fuerte. No estás sola, estamos juntas en esto. Vamos a superarlo juntas, ¿de acuerdo?—

—Ryujin, quiero que sepas lo mucho que te amo. Eres mi todo, mi luz en la oscuridad. Has sido mi apoyo incondicional y mi razón para seguir adelante. Pero ahora, siento que es mi momento de partir, y quiero que guardes en tu corazón todos los hermosos recuerdos que compartimos.—

Cada palabra de Yeji llevaba consigo un peso de despedida, pero también estaba impregnada de un amor que trascendía las circunstancias. Ryujin, escuchando con el corazón roto, se aferraba a cada palabra, consciente de que este era un momento que cambiaría sus vidas para siempre.

Ryujin, enfrentando la dolorosa realidad, negó con determinación mientras luchaba por aferrarse a la esperanza y a sus sueños compartidos con Yeji.

—No, Yeji. No voy a dejarte ir así. Nos casaremos, cumpliremos nuestros sueños juntas, seremos felices. No puedes abandonarme, no ahora.—

Yeji, con una ternura en sus ojos a pesar de la gravedad de la situación, respondió a las palabras apasionadas de Ryujin.

—Ryujin, nunca te abandonaré, mi amor. Aunque mi tiempo aquí sea limitado, nuestro amor será eterno. Prometo estar contigo en cada recuerdo, en cada suspiro del viento y en cada rincón de tu corazón. Nuestra conexión trasciende este momento.—

El peso de la despedida y la aceptación de la realidad se hicieron sentir con fuerza en el corazón de Ryujin. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras el dolor y la tristeza se reflejaban en sus ojos.

—No puedo soportar perderte, Yeji. Eres mi amor, mi todo. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.— entre sollozos

El llanto de Ryujin era un eco de la profunda conexión que compartían, una expresión de dolor ante la inevitable separación que se avecinaba. En ese momento de vulnerabilidad, ambas se abrazaron, compartiendo un amor que trascendía las despedidas terrenales.

La puerta se abrió de repente, revelando a Hyunjin, el hermano de Yeji. Su rostro mostraba angustia y lágrimas al ver a su hermana en esa situación delicada.

—Yeji...—con voz entrecortada

Hyunjin no pudo contener su dolor al ver a su hermana en esa condición, y sus ojos reflejaban la tristeza profunda que compartían en ese difícil momento. La habitación se llenó de una atmósfera aún más cargada de emociones mientras todos enfrentaban juntos la realidad desgarradora que tenían por delante.

La habitación estaba impregnada de una atmósfera emotiva y conmovedora. Yeji, con su voz débil pero llena de gratitud, respondió a su hermano.

—Hyunjin... gracias por estar aquí. Tu presencia significa el mundo para mí.—

—Yeji, te pondrás bien. No importa cuánto tiempo tome, estaremos contigo en cada paso del camino. Eres fuerte, más fuerte de lo que crees.—

Hyunjin, con lágrimas en los ojos, sostuvo la mano de su hermana con ternura, como si quisiera transmitirle fuerza a través de ese simple gesto.

Hearts In Love - ChaesooWhere stories live. Discover now