Capítulo 64

243 31 7
                                    

Llegó el momento, por fin podré casarme con Leo y debido a mi atuendo, no me ha quitado los ojos de encima, incluso me ha presumido como si yo fuese una creación divina.

Es raro, siento que está exagerando, puse mucho esfuerzo en la confección de mi atuendo y como bien me había comentado Leo, las mujeres de este lugar son las mejores tejedoras que pueda conocer. El atuendo es perfecto, incluso sobrepasó mis expectativas, haciéndome sentir muy feliz en este día.

Todo es perfecto y una vez llegaron nuestros amigos al sitio acordado, iniciamos con nuestra boda.

Según sus tradiciones, debíamos involucrar a los dioses y para esto se realizaba un sacrificio de animales, algo de lo que no estaba acostumbrado. Una vez hecho, tradicionalmente el novio le da a su novia la espada de sus antepasados, algo que obviamente ambos hicieron. Segundos después, Joshua y yo les entregamos una espada nueva, esto en su cultura es símbolo de protección e inicio de una nueva tradición familiar.

La ceremonia no era muy complicada, lo más tardío fue el sacrificio a los Dioses, aunque la mejor parte fue al momento de decir nuestros votos con los anillos sobre las manos, apoyando estas sobre la punta de las espadas.

Como debíamos estar dentro de un anillo de juramentos, el cual estaba compuesto por piedras con runas y bajo el martillo de Thor, teníamos que ir por partes. No podíamos estar los cuatro dentro del anillo, por lo mismo, nosotros fuimos los primeros en decir nuestros votos.

—Hoy, te hago entrega a través de este anillo, todo mi amor, prometiendo a su vez renunciar a mi anterior vida, como una forma de crear una nueva contigo— me dijo mientras tomaba el anillo con delicadeza para así deslizarlo por mi dedo— prometo también, fidelidad y poner todo de mi parte para formar una familia contigo.

Supongo que toda esta situación me tenía demasiado sentimental como para controlar las lágrimas que bajaron por mis mejillas al oírlo, sabiendo perfectamente que era mi turno. Estaba nervioso, temía que las palabras salieran entrecortadas, por lo mismo, tomé aire con profundidad antes de animarme a decir mis votos.

—Hoy, en esta tarde, hago entrega de este anillo en símbolo de nuestro amor, prometiendo ser tu compañero sin importar las dificultades— inicié diciendo mientras tomaba su anillo y lo acercaba a su dedo, mientras las manos me temblaban. Gracias a esto Leo soltó una risita demostrando a través de sus actos, que me protegería.

Fue algo casi inocente, sin embargo, el hecho de que tomara mis manos y las besara me hizo sentí demasiado embobado. Ahora mismo sólo existíamos nosotros dos, a pesar de que la gente nos estaba mirando, no era capaz de pensar en ellos justamente porque este era nuestro momento especial.

—Prometo también, renunciar a mi pasado para crear un futuro contigo, en donde espero que los Dioses nos acompañen— terminé de decir, viendo cómo acortaba la distancia entre nuestros labios y nos besábamos por fin, escuchando como los invitados aplaudían con entusiasmo.

Por supuesto que, una vez el beso acabó, la gente nos felicitaba y es entonces cuando fue el momento de nuestros amigos, quienes evidenciaban su amor a través de sus ojos, además de la inigualable sonrisa que se dedicaban, sabiendo que por fin podrían casarse.

—Hoy, cambiaré tu título de "Cocinero del capitán" al "amor de mi vida", prometiendo estar a tu lado por siempre, amarte y respetarte, sabiendo que ni los Dioses se atreverían a separarnos. — partió diciendo, para seguido tomar el anillo y deslizarlo lentamente por el dedo anular de Joshua.

(Nota de la autora: No me tientes, Fredrik, no me tientes...)

—Tradicionalmente debo pedir hijos, algo que sabemos que ninguno de los dos desea, pero no renunciaré a la parte donde prometo poner todo de mi esfuerzo para embarazarte— añadió riendo.

El cocinero del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora