Capítulo 63

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Ya queda muy poco, todos los preparativos de la boda están finiquitados, lo único que nos queda ahora es esperar a que llegue el momento para poder iniciar la ceremonia.

Debo reconocer que me siento ansioso, Joshua durante este último tiempo ha hecho de todo para seducirme y cada vez es más complicado soportarlo. Sé que debo abstenerme, me he obligado a seguir al pie de la letra la tradición, aunque siento que estoy a punto de estallar.

Es obvio que deseo tocarlo, quisiera tener la posibilidad de acariciar su cuerpo sin ponerme restricciones y oír lo suaves que pueden llegar a ser sus gemidos, además se ha comportado como un pervertido de aquellos que son capaces de hacer cualquier cosa con tal de hacerte caer en su juego.

Hasta ahora he recurrido a todas las salidas que me son entregadas, me he ido muchas veces de su lado como un mecanismo de autocontrol, pero lastimosamente hay una parte de mi cuerpo que reacciona a sus lujuriosas acciones cada vez más rápido de lo que me gustaría.

Hace unos minutos, las chicas que lo ayudan a prepararse normalmente se lo han llevado a la zona de baño donde tradicionalmente recibiría cuidados y tratamientos especiales para que se vea más hermoso de lo que ya es.

Por lo que sé, luego de diversos tratamientos debe enjuagar su cuerpo con agua fría, la cual deberá estar perfumada con plantas y flores, todo esto con la creencia de que recibirá poderes afrodisiacos y potenciadores para la fertilidad.

Esto es un paso que no funciona en hombres, pero igualmente existe la creencia de que la poderosa diosa de la fertilidad conseguirá crear el milagro, ya sea si se trata de un hombre o una mujer.

Por mi parte, he pasado por un tratamiento similar, me di un refrescante baño y recibí ciertos tratamientos que potenciarán mi capacidad para embarazar, aunque nuevamente no creo que eso sea posible.

Como aún era temprano para vestirme, decidí recostarme en la cama mientras cubría mi cuerpo con una bata de seda, la cual conseguí en uno de mis tantos viajes por las frías aguas del océano.

Todo marchaba bien, pensé en tomar una pequeña siesta para tener energías y disfrutar de la fiesta que organizamos con tanto esmero, sin embargo, cuándo tenía mis ojos cerrados, oí el sonido de la puerta abriéndose seguido de su inigualable voz.

—¡Mi amor! —me habló con entusiasmo—¿quieres ver mi atuendo para la boda? —me preguntó en un tono que evidenciaba sus segundas intenciones.

Yo tenía curiosidad por ver su vestuario, al principio pensé en fingir que dormía, sabía que Joshua terminaría marchándose, sin embargo, mi curiosidad fue más fuerte y acabé por abrir mis ojos.

No sé cómo expresar con palabras lo increíble que me resultaba su vestuario, no era lo que normalmente se acostumbra a utilizar para la boda y eso era justamente lo que me mantenía estupefacto.

¡Me encantaba! Eran básicamente telas de color turquesa con un sofisticado bordado que se cruzaban por su cuerpo con el propósito de cubrir su entrepierna y pecho, mientras dejaba expuesto todo lo demás.

¡Me encantaba! Eran básicamente telas de color turquesa con un sofisticado bordado que se cruzaban por su cuerpo con el propósito de cubrir su entrepierna y pecho, mientras dejaba expuesto todo lo demás

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El cocinero del capitánWhere stories live. Discover now